Este sábado se cumplen ya nueve años del fallecimiento de uno de los porteros que más han dejado huella en el futbol mexicano en los últimos años: Miguel Calero.
El colombiano es un histórico del Pachuca y de la Selección Colombia; tuvo grandes partidos bajo el arco, además de su personalidad de showman dentro y fuera de las canchas.
Fue precisamente en la ciudad de Monterrey donde Calero inició con la cuenta regresiva hasta el día de su partida. El día 5 de septiembre del 2007, en una concentración del Pachuca previo al partido pendiente ante Tigres (Jornada 5 del Apertura 2007), el Cóndor empezó a sentirse mal en una comida y fue internado en el Hospital San José.
"Tuvo algunos mareos, se le inflamó el brazo y no se quisieron correr riesgos, por lo cual fue llevado al hospital. Acabo de hablar con el doctor Antonio Torres, quien me dijo que todo está bien", fue la declaración del encargado de prensa de los Tuzos ese día.
Desde ese día, la salud de Calero vino a menos hasta que el fatídico 4 de diciembre del 2012, cuando Miguel murió tras sufrir dos episodios de trombosis cerebral.
Desde entonces se instituyó en México el Día del Arquero, fecha que ha tenido eco y que se conmemora también en otros países.
“Me voy feliz pensando en lo que hice y no en lo que dejé de hacer”, frase de Miguel Calero