Al legado que dejó Francisco Avilán en el futbol regiomontano no se le ha dado el valor que realmente tiene, pues no solo se trata del técnico que le dio el primer campeonato a los Rayados, sino del mejor descubridor de talentos del futbol regio, así lo comentó Francisco Javier “El Abuelo” Cruz.
El exjugador de los Rayados, entrevistado por Jerry Garza, Érick Rodríguez, Daniel Soto y César Vargas, en el programa Traka Traka Futbolero, que se transmite por el 660 de AM y 92.1 de FM, lamentó el fallecimiento de El Potrillo, quien fue el que lo debutó en el futbol profesional.
“Creo que en vida no se le hizo justicia porque ha sido el mejor escauteador de talentos de todos los tiempos”, aseguró El Abuelo, uno de los campeones de 1986.
“Siempre en vida lo comentaba yo, que no se le hacía justicia a quien nos había sacado de la nada, el que iba por nosotros a la casa, que nos daba dinero para el camión, que nos compraba despensa. Hay mucho porque agradecerle a Dios y a Avilán todo lo que hizo por esa camada de 1986”.
Entre los jóvenes que formó y debutó Avilán están: Francisco Javier “El Abuelo” Cruz, Missael Espinoza, Héctor Becerra, Antonio “La Moca” González, Juan Antonio “Flores” Barrera, Héctor Gamboa, Joel García y Alberto “Guamerú” García, entre otros.
Avilán no solo fue formador o guía de los muchachos, se involucró mucho más allá y logró llevar a esa camada hasta el título.
“Lo voy a extrañar mucho porque él, no siendo mi padre, se hizo responsable de mis estudios, hay muchas cosas que agradecerle”, mencionó El Abuelo.
Quería una carne asada
El Abuelo Cruz mencionó que habló con Avilán vía telefónica la tarde del jueves, en la que ya mostraba sus planes una vez que saliera del hospital.
“Siempre fue un hombre muy fuerte, muy valiente, mi padre adoptivo futbolísticamente y siempre estuvimos muy cerca. Lamento mucho su partida”, señaló.
¿Qué te dijo en esa última llamada?
“Solamente me comentó que saliendo de ahí (hospital) íbamos a hacer una carnita asada, muy bromista, muy entusiasta, de muy buen ánimo. Creo que Dios está con él, recibió a Cristo en su corazón y eso nos da paz al margen de la tristeza que nos embarga”.
Cruz recordó que, antes de la Final del Torneo México 1986, llevó a Avilán a la iglesia cristiana, pues si lo hacía serían campeones, lo cual aceptó y, luego, el Potrillo le pidió un favor especial el día que disputaban el campeonato.
“En el medio tiempo de aquel partido Tampico contra Monterrey (Final) me dijo: “haz una oración porque no veo por dónde empatemos”, entre al baño, oramos juntos y sucedió el desenlace del campeonato”.