Cada que alguien cumple un sueño de la niñez… suele rociar a toda una generación con el rocío bendito de la inspiración.
Su madre Martha Alicia Gómez recuerda una escena que, como familia, les causó un gran impacto.
“Yo trabajo en una escuela y le digo a los muchachos: ‘siempre se pueden cumplir los sueños, no importa el entorno que tú tengas, cuando tú persistes de lograr su objetivo’, Carlos ha impactado a muchos jovencitos, para decir, si él pudo, yo también”, expresa en entrevista para ABC Deportes.
Enseguida cuenta la anécdota que sucedió en un local de tacos.
“Es mucho orgullo de nosotros, estábamos en unos tacos y se acerca un niño, lo reconoce y todo, Charly lo saluda, el niño traía la playera, el número, las medias, todo de Charly. Y después, cuando quisimos pagar la cuenta, el mesero me dice, ‘ya el niño la pagó’”, relata Martha Alicia.
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“Y después el niño vino y dijo, este es el mejor día de mi vida, haber conocido a Charly, el niño estaba feliz. Fue el niño, saco su dinerito, su domingo, como le llaman, y pagó, para nosotros fue de mucho impacto, ver cómo influye en la niñez, como puede dejar una semillita para que cada muchacho que tenga un sueño pueda decir sí se puede llegar”, añade.
La tierra regia ha sido a veces árida para producir jugadores que lleguen a jugar una Copa del Mundo. Charly es apenas el tercer elemento nacido en Monterrey que disputará un Mundial. Joahan Rodríguez y Jesús Arellano han sido los otros dos.
De niño, Charly soñaba con ser como Andrés Iniesta o Xavi Hernández. Hoy, un rocío bendito tocará a decenas de niños que querrán ser como un ídolo: nada menos que Carlos Rodríguez, un niño surgido de la Colonia Fuentes de Anáhuac, en San Nicolás de los Garza.