Ucrania: Así es el futbol a un año de la guerra con Rusia

El deporte, al igual que otros sectores de la sociedad, se vieron afectados por la invasión rusa a Ucrania, obligando a las Federación y las instituciones a hacer cambios para adaptarse a una nueva realidad.

Futbolistas del Shakhtar Donestk celebran su victoria en Europa League, un día antes de cumplirse el aniversario de la guerra en Ucrania
Futbolistas del Shakhtar Donestk celebran su victoria en Europa League, un día antes de cumplirse el aniversario de la guerra en Ucrania Créditos: Shakhtar Donestk
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Ucrania.- El 24 de febrero de 2022 los ojos del mundo se postraron sobre Ucrania, que esa madrugada era víctima de los primeros ataques armados de Rusia, dando así inicio a una guerra que afectaría la sociedad, economía y el deporte en ese país.

Si bien el futbol pasó a segundo plano cuando se desató el conflicto bélico entre países, el presente de este deporte es un fiel reflejo de lo que se ha convertido la sociedad ucraniana.

La primera división ya estaba en la segunda ronda de la temporada 2021-2022, con Shakhtar como líder, Dinamo Kiev en segundo puesto y Dnipro en tercer lugar. La liga fue cancelada y estos tres clubes jugaron competición europea al respetarse sus lugares, aunque se vieron obligados a disputar sus partidos en Polonia y Eslovaquia.

A un año del inicio de la guerra, la liga ucraniana sigue su curso y está a punto de iniciar la segunda vuelta de temporada 2022/2023. Si bien, en un principio se optó por jugar solo en Kiev y Lviv, actualmente se disputan partidos en casi todas las plazas, excepto Dombás, ciudad fronteriza con Rusia.

Un gran cambio que tuvo la liga es que muchos de los futbolistas extranjeros abandonaron a sus equipos con el permiso de FIFA, para poder fichar por clubes fuer del país debido al conflicto.

El futbol se vive de forma diferente y las emociones están a flor de piel, en especial cuando suenan las alarmas, como fue en el caso del partido Rukh-Metallist vs Liev del 24 de agosto de 2022, que duró cuatro horas por las interrupciones.

En esa ocasión el partido se detuvo hasta en cuatro ocasiones, para permitir a los jugadores, cuerpos técnicos y periodistas refugiarse ante una posible amenaza de bombardeo.

La nueva reglamentación indica que, a máximo 500 metros de cada estadio debe de haber un búnker antiaéreo donde los participantes y asistentes de los partidos estén a salvo; un speaker alerta por megafonía y el árbitro suspende el partido.