Estados Unidos.- La historia de Rebecca Hogue aún sigue causando polémica en los Estados Unidos ya que pagará por un crimen que no cometió.
El tormento para la mujer comenzó en el 2020 cuando llegó a su casa tras un largo día de trabajo como mesera en un casino de Oklahoma.
Rebecca se acostó en la cama donde dormían su novio y Ryder, su bebé de 2 años y nunca se percató que su bebé no estaba respirando.
Al día siguiente cuando ella notó que su bebé no respiraba trató de aplicar los primeros auxilios e incluso asustada llamó a la policía. Su novio Christopher Trent, estaba en el trabajo.
Ryder de 2 años fue declarado muerto y un reporte forense determinó que la causa de su deceso había sido un traumatismo causado por un objeto contundente, señaló el portal de noticias BBC.
Cuando Rebecca intentó comunicarse con su novio este jamás le respondió y cuatro días después fue encontrado muerto en las montañas de Wichita, ubicadas en el suroeste de Oklahoma. Aparentemente se había quitado la vida.
Aunque se determinó que Christopher Trent mató al menor la investigación se posó en Hogue, que resultó acusada y condenada a cumplir 16 meses de prisión por el delito de asesinato en primer grado.
Según la legislación de algunos estados, los padres que faltan a la hora de proteger a sus hijos de un abuso, son acusados del mismo crimen que se cometa contra los menores.
El juicio de la mujer se realizó el año pasado y ahí ella contó que no sabía que Trent golpeaba a su hijo, sin embargo, sí notaba que el niño solía tener lesiones injustificadas en el cuerpo. Cuando confrontó a su novio, éste le dijo que los niños se golpeaban todo el tiempo.
Finalmente la Fiscalía llegó a la conclusión de que las sospechas de Hogue sobre las heridas y el hecho de que ella permitiera que Trent continuara cuidando a Ryder eran prueba de que Hogue era culpable de "permitir el asesinato de su hijo".
Rebecca desde la prisión dijo a la BBC que las cosas que se dijeron en el juicio jamás las borrará de su mente.
"Las cosas que se dijeron en el juicio me van a perseguir para siempre".
El jurado había recomendado cadena perpetua, sin embargo, el Departamento de Prisiones de Oklahoma recomendó como más apropiado el aplazamiento de la condena.
Al final, un juez la sentenció a 16 meses de cárcel, lo que significa que deberá permanecer tras las rejas durante otros 13 meses pues ya lleva tres meses en esa situación, reportó la BBC.