Donald Trump, contra los "condones Trump"

Los representantes de Donald Trump argumentan que podrían confundir esos artículos con los negocios del político, principalmente en el sector hotelero y los campos de golf.

Foto: Cortesía.
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Alemania.- Un nuevo frente se le abre al expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, esta vez en la Unión Europea (UE), en cuyo mercado un empresario alemán ha pedido permiso para comercializar con la marca "Trump" preservativos, cervezas y otras bebidas alcohólicas, una intención que el multimillonario estadounidense ha recurrido.

La solicitud para vender bajo la marca "Trump" esa serie de productos ha sido presentada desde la pequeña ciudad de Oberlichtenau, en el estado federal de Sajonia, por el emprendedor alemán Frank Lindner ante la Oficina de la Propiedad Intelectual de la UE (EUIPO en sus siglas en inglés), que tiene su sede en la ciudad española de Alicante (este).

La empresa encargada de la propiedad intelectual del expresidente norteamericano, TTM Operations LLC, ha formalizado ante la EUIPO una oposición a la solicitud de Lindner a través del despacho de abogados sueco especializado en ese tipo de asuntos, Potter Clarkson.
 

Confusión entre los negocios 

Los representantes de Donald Trump argumentan en la batalla legal que se ha abierto que los potenciales compradores europeos de los condones y de las bebidas "Trump" podrían confundir esos artículos con los negocios del político, principalmente en el sector hotelero y los campos de golf.

Además, advierten de que la naturaleza de los productos que Lindner quiere vender utilizando la denominación "Trump" podrían menoscabar la reputación y el buen nombre del expresidente, que en las últimas fechas ha confirmado que aspira a volver a presentarse a las elecciones en Estados Unidos.

Foto: Cortesía. Donald Trump, expresidente de los Estados Unidos.

Por su parte, y a través de una abogada, el empresario alemán ha replicado ante la EUIPO que no existe motivo alguno de confusión entre sectores económicos tan dispares como los hoteles y campos de golf propiedad de Donald Trump, por un lado, y los preservativos y bebidas alcohólicas, por otro.

En sus alegaciones, también apunta que el expresidente norteamericano es suficientemente conocido entre los consumidores del mercado europeo para que sus negocios sean confundidos con los artículos que ha solicitado comercializar, por lo que no habría motivo para rechazar su solicitud.