Invitó a comer champiñones venenosos a sus exsuegros y los mató

Erin alega que es inocente y que ella no sabía que esos champiñones eran mortales.

Erin Patterson mató a sus exsuegros en Australia
Erin Patterson mató a sus exsuegros en Australia Créditos: Redes sociales
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Australia.-  Una mujer fue detenida en Melbourne, Australia por matar a tres personas, incluidos sus exsuegros, cuando los invitó a comer a su casa.

De acuerdo a las autoridades, las personas fueron envenenadas tras consumir champiñones venenosos durante una reunión familiar en la localidad de Leongatha.

Tras una serie de investigaciones, la policía detuvo a Erin Patterson tres meses después de que ocurrieran los asesinatos.

Las autoridades señalaron que los asesinatos se cometieron el 29 de julio del presente año cuando Erin invitó a Don y Gail Patterson, así como a la pareja pastoral Ian y Heather Wilkinson, a su hogar con la intención de disfrutar de una comida juntos.

Ese día, Erin preparó un solomillo Wellington, que fue servido con un acompañamiento que terminó por quitarles la vida.

Una vez que las personas terminaron de comer, se empezaron a sentir mal y presentaron síntomas de envenenamiento por lo que fueron llevados de urgencia al hospital.

De los cuatro comensales, tres fallecieron en menos de una semana debido a que su salud empeoró cada día. El pastor Ian Wilkinson, fue el único que logró sobrevivir a la intoxicación y duró dos meses en el hospital.

¿Qué les dio de comer Erin Patterson a las víctimas?

Según las investigaciones, la comida que preparó Erin tenía champiñones que estaban contaminados con toxinas letales.

Los especialistas en toxicología identificaron que los síntomas que tuvieron las víctimas coincidían con los de la intoxicación por Amanita phalloides, comúnmente conocida como la 'orona verde', un tipo de seta sumamente peligrosa y endémica de la región.

Patterson señala que es inocente y argumenta que los champiñones venenosos fueron adquiridos por error, pensando que eran comestibles, en una tienda de alimentos asiáticos.

"No hay palabras para describir mi desolación al pensar que algo que serví en mi mesa haya llevado a este desenlace", compartió Patterson en una declaración.