El Salvador.- El gobierno de Nayib Bukele goza de b uena reputación, pues según sus reportes oficiales está consiguiendo reducir drásticamente la tasa de homicidios y ha desarticulado buena parte de las pandillas que aterrorizaron a El Salvador.
Pese a que sus recetas son consideradas por organizaciones como contrarias a los derechos humanos y propias de un Estado policial, el Gobierno presume cifras poderosas como más de 64 mil pandilleros encarcelados.
Además, la tasa de homicidios del país cayó a 7.8 homicidios por cada 100 mil personas en 2022 luego que en 2018 era de más de 50 por cada 100 mil.
A casi un año de régimen de excepción, en el que han sido suprimidas garantías constitucionales básicas, el esquema de Bukele ha conseguido desestructurar a las pandillas en El Salvador.
El régimen de excepción fue aprobado el 27 de marzo de 2022, e implica la pérdida de garantías constitucionales de los ciudadanos: la Policía puede detener a cualquier ciudadano sin necesidad de una orden judicial o siquiera de informar las razones de la detención.
Las organizaciones de Derechos Humanos han criticado la falta de debido proceso y transparencia y el uso de la tortura contra los detenidos.
No obstante, el presidente Nayib Bukele inauguró una nueva prisión gigante en enero y transfirió a los primeros 2 mil reclusos a ella la semana pasada. La tasa de encarcelamiento salvadoreña es ahora la más alta del mundo.
EU lo acusa de pactar con ellos
El Departamento de Justicia de Estados Unidos considera que el gobierno de Nayib Bukele negoció en secreto desde 2019 con la Mara Salvatrucha-13, y que ofreció a los principales líderes de la pandilla beneficios financieros y facilidades de comunicación para que mantuvieran control territorial y de sus estructuras durante la duración de ese acuerdo.
El pacto incluyó condiciones carcelarias menos restrictivas e incluso reducciones de pena. A cambio, según fiscales federales estadounidenses, la MS-13 apoyó al partido de Bukele, Nuevas Ideas, en las elecciones municipales y legislativas de 2021, y mantuvo bajos los niveles de homicidios al menos hasta marzo de 2022.
Así consta en un acta de acusación de la Fiscalía del Distrito Este de Nueva York contra trece cabecillas salvadoreños de la MS-13 bajo cargos de crimen organizado, conspiración para cometer actos de terrorismo en Estados Unidos y narcoterrorismo.
El documento oficial, de 42 páginas, fue entregado a un juez el 22 de septiembre de 2022, pero se mantuvo bajo reserva durante cinco meses, hasta el pasado jueves 23 de febrero.
“La Ranfla Nacional demandó que el Gobierno de El Salvador se negara a extraditar a líderes de la MS-13, incluyendo a miembros de la Ranfla Nacional, a Estados Unidos para ser juzgados”, se lee en el documento.