Nicaragua.- Desde el año 2018, el gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua ha acaparado la atención debido a sus escándalos políticos y ayer ocurrió uno más: la expulsión definitiva de los representantes de El Vaticano en Nicaragua, tras el cierre de la Nunciatura Apostólica en ese país.
Daniel Ortega, un revolucionario de izquierda que llegó al poder luego de derrotar en la lucha armada al dictador de derecha Anastasio Somoza, terminó convirtiéndose también en uno sátrapa, afirman personalidades nicaragüenses.
El afán del comandante sandinista de perpetuarse en el poder lo llevó a acallar las voces de la clase política, incluso aquellas que lo acompañaron a derrotar al dictador que era apoyado por Estados Unidos a través de la CIA.
El rosario de violaciones a derechos humanos y represalias del comandante Ortega van desde el encarcelamiento de más de 200 personas acusadas del delito de conspiración.
También ordenó el cierre de todos los medios informativos críticos a su gestión como mandatario, mientras que los pocos que aún funcionan se someten a la autocensura y más de 120 comunicadores han tenido que refugiarse en el extranjero ante el riesgo de pisar la prisión.
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Durante las elecciones presidenciales del 2022, Ortega arrestó e inhabilitó de ocupar cargos políticos a 17 candidatos y eliminó a todos los partidos políticos de oposición, con lo que obtuvo un triunfo falsamente aplastante en las urnas.
Personalidades de la talla de los ex guerrilleros y ahora escritores Sergio Ramírez y Gioconda Belli, así como periodistas de la dinastía Chamorro, han sido expulsados del país y se les ha retirado la nacionalidad. Irónicamente, la situación de hartazgo social en Nicaragua es muy parecida a la que llevó al término del régimen de Somoza.
El poder de Rosario Murillo
La esposa de Daniel Ortega y actual vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, es considerada la mujer con mayor influencia en las decisiones presidenciales.
Se ha convertido en una figura polémica que siempre está al lado de su esposo en cada una de sus apariciones públicas.
Con 70 años, Murillo es una mujer delgada que se distingue por su ropa de colores vivos, sus anillos y pulseras que suelen ir combinados con mensajes relacionados con amor y paz.
“La parte estratégica de la conducción del gobierno la lleva Ortega, mientras que la aplicación cotidiana y práctica de esas decisiones estratégicas las lleva Rosario”, dijo el historiador sandinista Aldo Díaz, mientras que el biógrafo Fabián Medina la describe como vengativa, rencorosa y sumamente calculadora.