Tokio.- Cientos de habitantes de la pequeña ciudad japonesa de Shika hicieron largas filas frente a la alcaldía, esperando los seis litros de agua asignados a cada persona tras el potente terremoto que sacudió el país.
Los habitantes también hicieron fila frente a los supermercados para abastecerse, aunque algunos comercios están cerrados por falta de suministros.
En total, 150 sismos sacudieron Japón entre el lunes y martes. El más fuerte alcanzó una magnitud de 7.6.
Los daños en la casa de Tsugumasa Mihara fueron leves: apenas unos platos rotos en el suelo de la cocina. Y a diferencia de muchos otros habitantes, tiene electricidad.
Pero el problema, explica, es el agua, ya que la red de agua potable de Shika, así como de muchas otras ciudades de la península de Noto, quedó dañada.
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Muchos otros habitantes de la península corrieron con menos suerte. Varios edificios y casas se derrumbaron como consecuencia de las sacudidas. El último balance provisional de víctimas publicado ayer era de 73 muertos.
Avión colisionado no debía despegar
Un avión de guardacostas implicado en una colisión mortal en el aeropuerto de Haneda, en Tokio, no tenía autorización para despegar, informaron las autoridades japonesas.
En el accidente murieron cinco guardacostas después de que el avión colisionó en la pista con una aeronave de pasajeros de Japan Airlines. De acuerdo con las transcripciones de las instrucciones del control de tráfico aéreo justo antes del accidente.
El Airbus A350 de JAL tenía permiso para aterrizar, en cambio, no se dio permiso para despegar al Bombardier Dash-8 de los guardacostas.