Miles de rusos despiden al opositor Alexéi Navalni

El haber asistido al funeral es una muestra de desafío contra el gobierno de Vladimir Putin, señalado de ser el responsable de la muerte del político.

Féretro con los restos mortales del líder opositor ruso Alexéi Navalni | EFE/Sergei Ilnitsky
Féretro con los restos mortales del líder opositor ruso Alexéi Navalni | EFE/Sergei Ilnitsky
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Moscú. -  Decenas de miles de rusos se despidieron del líder opositor, Alexéi Navalni, que fue enterrado el viernes en Moscú, en una clara muestra de desafío al que sus partidarios consideran responsable de su muerte hace dos semanas en prisión, el presidente, Vladímir Putin.

"¡No tenemos miedo! ¡No perdonamos! ¡No a la guerra!", coreaban los asistentes a los funerales, entre los que algunos se atrevieron a gritar "¡Putin, asesino!".

Las colas para despedirse de Navalni se extendían por varios kilómetros, escenas que no se veían en este país desde hacía muchos años. En previsión de una muestra de afecto tan multitudinaria, la iglesia ortodoxa de Máriino amaneció rodeada por un cordón policial sin precedentes integrado por cientos de agentes del orden.

Fue una jornada pacífica -solo hubo unos pocos detenidos-, ya que en este país el monopolio de la violencia lo tienen desde hace muchos años las autoridades, más aún cuando se trata de los enemigos del Kremlin, sean opositores al régimen o partidarios, como Yevgueni Prigozhin, muerto en agosto pasado en una misteriosa catástrofe aérea.

Cuando sonaron las campanas, la gente levantó sus claveles rojos en honor de Navalni. Sólo unos pocos cientos asistieron a la capilla ardiente, pero decenas de miles acudieron hasta últimas horas del día al cementerio de Borísovo, algo que pidió expresamente la madre.

Muchos no podían contener las lágrimas. Otros clavaban literalmente las flores y las velas en la nieve. No sólo eran jóvenes, que no conocen otro presidente que Putin, sino había muchos adultos y ancianos "hartos" del actual jefe del Kremlin.

La viuda, Yulia Naválnaya, no emuló a su marido -que fue apresado en 2021 tras volver a Moscú- y prefirió atender los sabios consejos de sus correligionarios. No regresó a Rusia para asistir al sepelio, al igual que sus hijos.

"Gracias por 26 años de felicidad absoluta. E incluso durante los últimos tres años de felicidad. Por tu amor, por tu apoyo, por hacerme reír incluso desde la cárcel, por pensar siempre en mí", escribió Naválnaya en la red social X.