Monterrey.- María Elena Pérez Morales nunca pensó que, a los 72 años, podría recuperar la salud y el ánimo. Sin embargo, con un proceso de apoyo y atención integral, logró superar la diabetes, la hipertensión arterial y la depresión.
Gracias a la atención integral y multidisciplinaria de especialistas de la Unidad de Control Metabólico Ambulatorio (UCMA) del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Nuevo León, María Elena logró controlar, de manera sostenible, sus niveles de glucosa, presión arterial y levantó su estado de ánimo.
Mediante la transformación de hábitos hizo frente a los efectos físicos y psicológicos de un descontrol diabético y registros de alta presión, que no había podido controlar en su Unidad de Medicina Familiar (UMF) y que la mantenían depresiva.
“Eso era mucho para mí; me sentía deprimida, cansada, triste y sola”, expresó la paciente, al relatar que sufría de excesivo cansancio, dolor de piernas y mucha debilidad. Para recibir atención especializada e integral, su médica familiar de la UMF No. 26 la derivó a la UCMA.
Según María Elena, su condición de salud la llenaba de miedo, pero que, desde el primer día en esta unidad, su realidad cambió.
“Aquí lo encontré todo: me levantaron el ánimo, las ganas… todos ellos (el personal de salud) me ayudaron mucho, me hicieron sentir como si me conocieran y me trataron muy bonito, por eso les agradezco mucho”, expresó con lágrimas de emoción.
María Elena asegura con alegría que, durante los cuatro meses de tratamiento, recibió capacitación integral para adquirir los nuevos hábitos que le cambiaron la vida, pero sobre todo los motivos para preocuparse por su propio bienestar.
Ahora se siente capaz y muy contenta de controlar su diabetes e hipertensión, con alimentación adecuada y ejercicio, pero además lleva un buen control de sus emociones.
El médico geriatra de la UCMA, doctor Érik Noé Rubio Flores, informó que María Elena llegó a la unidad en enero y, después de ser valorada por un equipo multidisciplinario, se detectó un descontrol metabólico severo, niveles de glucosa superiores a 500 mg/dl y registros de presión arterial de 180/100 mmHG, además de presentar alteración nutricional y depresión de moderada a severa.