Monterrey.- En medio de la sequía que vive Nuevo León, expertos han apuntado que el estado necesita de fuertes lluvia para salir del problema, tal como sucedió dos atrás, cuando la tormenta tropical ‘Hanna’.
Fue durante la mayor parte del día 26 y madrugada del 27 de julio que el fenómeno natural azotó con fuertes lluvias a la entidad, las últimas de este nivel que se han presentado desde entonces, provocando inundaciones, daños estructurales, socavones y el fallecimiento de personas durante ese fin de semana.
La llegada de ‘Hanna’ beneficio de gran manera a las principales presas de Nuevo León, una situación reportada por las autoridades apenas un día después de que se superó el momento de crisis, el 28 de julio.
Gerardo Garza, quien en aquel entonces era el titular de Agua y Drenaje, informó para ABC Noticias que, las presas que tuvieron una mayor captación de agua fueron la presa Rodrigo Gómez “La Boca” y El Cuchillo.
“La Boca se puso en un 85 por ciento, ahorita amaneció así, El Cuchillo tiene un 61 por ciento de un 58 que traíamos amaneció en un 81 y La Boca en un 85”, indicó Garza.
Sin embargo, también dijo que la presa Cerro Prieto ya se encontraba en un ‘estado crítico’ porque no captó un gran porcentaje de escurrimientos, aunque en ese momento tenía el 27 por ciento de llenado.
De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la tormenta tropical dejó un acumulado de precipitación en 24 horas de 533 mm en la ciudad, registro que equivale a lo que llovería en 10 meses sobre la metropolí.
Las afectaciones por lluvias y vientos fueron tan graves que se activó en Nuevo León, el Ejército Mexicano activó el Plan DN-III-E.
Dos años después de la tormenta, persisten daños causados que no han sido reparados en distintos puntos de la ciudad.