Monterrey.- En medio del ajetreo estudiantil y la carga de trabajo, han surgido figuras peculiares, un perro y un gato que han encontrado su hogar dentro de las aulas y pasillos de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
El "Lic Felipe", como es conocido por todos, es un perro callejero que decidió establecerse en la Facultad de Derecho y Criminología, como si supiera que este lugar se convertiría en su nuevo territorio de juego y amor.
“Yo en lo personal le digo solo vino, de una noche a la mañana llegó aquí y lo que yo sé, es que lo cuida un guardia, le podríamos decir, el papá de Felipe es un guardia, que lo mantiene, le da de comer, le pone platitos y le da cobija”, dijo Miguel Garza.
Felipe ha logrado una hazaña que pocos imaginaban, pues ha conquistado el corazón de profesores, personal administrativo y estudiantes por igual, aunque no siempre se deja acariciar por todos.
“Con muy poca gente o con muy pocos alumnos se deja tocar, solo con la única persona que si he visto es con un guardia de aquí de la uni, que, como el papá de Felipe, si se deja agarrar, cargar, tocar y todo eso”, agregó Miguel.
Pero eso no lo es todo, porque, aunque vive dentro de la Facultad, de pronto el Licenciado Felipe, se la "perrea".
“Por las noches lo he visto en el Metro, lo he visto fuera de la uni y aun así regresa aquí a esta Facultad”, señaló Miguel.
“El licenciado se queda aquí, a lo mucho se ha ido a pasear allá al Metro, pero siempre se quedaba en los límites de la Facultad”, manifestó Alexia Jiménez.
La comunidad estudiantil y las autoridades de la universidad están trabajando en conjunto para garantizar su bienestar y brindarle todos los cuidados necesarios a través de una asociación llamada “abogadog”.
Pero esta no es la única mascota, pues además de las que son representativas de cada Facultad, en Filosofía y Letras, además del unicornio, sobresale la conocida “Lic. Motita”.
“Había una serie de gatos en la facultad que eran como las mascotas y entre todos hacen coperacha para comprar comida o mandarlos al veterinario o lo que se ocupara, pero cuando llegó la pandemia se dieron en adopción y algunas de ellas empezaron a buscar nuevas casas y una de esas fue aquí en Filosofía donde una gatita que se llama la Lic. Motitas, la adoptaron y aquí está actualmente”, dijo Cesar Tovar.
“Cualquiera que estudia aquí conoce al Lic. Motita, ella anda de vaga, anda por todas partes, y a veces sí toma la siesta y todo”, agregó Melissa Hernández.
Y así, en medio de las leyes, los códigos y los libros, el Lic. Felipe y la Lic. Motita han encontrado su lugar en el corazón de todos los que transitan por la Universidad.