Guadalupe.- Si la temperatura ambiental está a 40 grados, la sensación de calor convierte en hornos a los pequeños tejabanes de lámina, cartón y madera donde habitan familias de hasta cinco personas en el sector conocido como El Ranchito 1 en Guadalupe.
Les falta agua potable y aunque sus hijos sí estudian prefieren no mandarlos a la escuela porque allá tampoco hay abanicos y corren riesgo de un golpe de calor.
En una pausa del aseo de su casa para poder refrescarse a “jicarazos”, la señora Ana Bertha cuenta que a la sombra y con un abanico que “todavía funciona” mitiga junto a su familia la ola de calor que azota la entidad, mientras espera que la vuelvan a contratar en alguna construcción.
“Tenemos el abanico, pero como si no tuviéramos, aquí las casitas donde vivimos es muy caliente, porque el techo es de lámina, las paredes son de madera y están forradas de plástico negro”, explicó.
Este asentamiento irregular cuenta con unos 200 tejabanes cuyos habitantes viven de la pepena y que casi sin comodidades tienen que soportar las altas temperatura.
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El frío, otro de sus males
Los habitantes de El Ranchito no solo sufren por las altas temperaturas, en temporada de invierno también tienen que soportar el frío, que a veces es acompañado de lluvia.
Incluso el año pasado el gobernador Samuel García visitó la comunidad y entregó comida, suéters y cobijas a los habitantes de ese sector.
Alrededor de las 13:30 horas de ese 21 de enero, García arribó a la zona ubicada por el bulevar Miguel de la Madrid y la avenida Israel Cavazos en compañía de su esposa, Mariana Rodríguez y la titular de la Secretaría de Igualdad e Inclusión, Martha Herrera.
"Vamos a estar este fin de semana yendo a varios puntos como este a repartir colchas... Hay mucha necesidad, me han solicitado en su mayoría herramientas de trabajo, tinas, palas, material para la pepenar", explicó García.
Esa zona, destaca como una de las que los ciudadanos tienen más carencias, al vivir en tejabanes de lámina y cartón, exponiéndose a las lluvias y las bajas temperaturas, situación que viven más de 450 personas.