Al caer de un camión de la Ruta 327, joven queda inmóvil; mamá denuncia falta de indemnización

Al momento del accidente, a Sahara solo le diagnosticaron cuatro meses de vida, sin embargo, ya han pasado dos años, los cuales ha vivido postrada en una cama, sin apoyo y con los recursos a punto de terminarse.

María Antonia Cruz, la madre de Sahara.
María Antonia Cruz, la madre de Sahara.Créditos: Dalia Manriquez / ABC Noticias
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Monterrey.- Desde hace dos años, Sahara González se encuentra postrada en una cama en estado vegetativo, a causa de un accidente presuntamente provocado por un chofer de la Ruta 327 San Miguel.

Fue el 6 de octubre del 2022 cuando la joven, en ese entonces de 18 años, se dirigía a su primer día de trabajo al Parque Industrial, ubicado sobre el cruce de la Carretera a Dulces Nombres y Avenida Las Américas, en Apodaca.

Cuando Sarah pidió bajarse del camión de la Ruta 327 San Miguel, el chofer identificado como Julio García Martínez, de 49 años, arrancó antes de tiempo y con las puertas abiertas, provocando que la joven cayera y afectando para siempre su vida.

El accidente ocasionó que la joven perdiera el 40 por ciento de su capacidad cerebral, la vista, el habla, daños motrices, y su familia acusa a la Ruta y a la aseguradora “Qualitas” de no hacerse responsables de los hechos.

Familia de Sahara González.

ABC Noticias marcó al número telefónico 81 81 45 30 10 que tienen publicado en la página Grupo327.com pero nadie respondió al teléfono.

Sahara llegó de Zacatlán, Puebla a Monterrey para trabajar y ayudar a su madre, quien labora en el campo y es de origen indígena. María Antonia Cruz, la madre de Sahara, tuvo que venir a Monterrey para hacerse cargo de su hija.

“Mi hija no se puede mover nada. Los médicos le daban cuatro meses de vida, pero ella sigue aquí luchando y yo no puedo trabajar, tengo que cuidarla 24 horas, tengo que estar aquí con ella”, comentó María Antonia, madre de Sahara.  

María Antonia, madre de Sahara.  

Sahara, actualmente tiene 20 años y cuenta con una traqueotomía y sonda gástrica para su alimentación, además de requiere de muchos cuidados médicos, tratamientos, pañales, medicamentos y terapias que se vuelven cada vez más costosas.

María Antonia explicó que hubo irregularidades en el proceso de reparación de daños, ya que no entendió en su totalidad los acuerdos por falta de un traductor.

“Yo quiero que se haga justicia y que pague esta persona, ellos dijeron que me iban apoyar y a pagar, me dijeron que me iba a poder ir a mi pueblo, pero no”, contó Cruz.

Aunque cuentan con el apoyo y refugio que les ha brindado desde hace dos años la Casa de Las Mujeres Indígenas en Nuevo León, no ha sido suficiente, pues la denuncia interpuesta en la Fiscalía de Justicia no ha prosperado y la Ruta 327 San Miguel sigue sin pagar la reparación de los daños.

“Zihuakali, me ayudó a traerla aquí, me apoyó, pero ya se están acabando sus medicinas, ella ocupa terapia, pero vale 450 pesos y ahí ya no, se me está acabando todo, y no puedo buscar trabajo porque tengo que estar con ella, es muy difícil”, explicó María Antonia.

Sahara González requiere del apoyo de la comunidad.

En caso de querer ayudar a María Antonia y su hija Sahara, es posible donar los siguientes artículos de uso clínico y de higiene:

  • Gasas
  • Guantes
  • Desinfectantes
  • Sondas para aspirador de secreciones
  • Pañales
  • Toallas húmedas.

Para realizar un donativo económico es posible hacerlo a través de la siguiente cuenta bancaria:

Bancoppel: 41 69 16 08 33 70 82 26

Para mayor información, llamar al teléfono 81 12 41 73 89, con Isabel Muñiz (presidenta casa de Mujeres Indígenas).