Monterrey.- Las personas que padecen de un Trastorno de la Conducta Alimentaria tienen rasgos de suicidio mucho más alto que la población general, así lo señaló la doctora Eva María Trujillo, directora y cofundadora de Comenzar de Nuevo A.C.
En entrevista para ABC Noticias, la especialista en Trastornos de la Conducta Alimentaria comentó que, de acuerdo a investigaciones internacionales, los pacientes que sufren anorexia nerviosa tienen más probabilidades de morir por suicidio debido a una combinación de factores psicológicos, biológicos y sociales.
El primer factor es que los pacientes con anorexia experimentan un perfeccionismo extremo y una autocrítica muy alta, lo que puede generar un nivel elevado de angustia.
El segundo factor son los efectos de la desnutrición crónica que pueden impactar negativamente en la función cognitiva y la regulación emocional, y el tercero es el aislamiento social, la vergüenza y el estigma que enfrentan muchos pacientes.
“En términos generales, los intentos suicidas en pacientes que sufren TCA rondan en entre los 20 y 45%, y de estos, el más letal de todos, el que tiene la mortalidad más alta, es la anorexia, particularmente la que se conoce como anorexia purgativa.
“Hay investigaciones que han demostrado que los pacientes que sufren anorexia tienen hasta 31 veces más probabilidades de morir por suicidio comparados con la población general”, mencionó Trujillo.
Así mismo, la doctora destacó que, pese a esto, no se necesita tener un trastorno de salud mental para llegar a la conducta suicida.
Por otro lado, en Nuevo León, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud estatal, de enero a julio de este 2024, se registraron 198 casos, mientras que, durante el mismo periodo, pero del 2023, se presentaron 205, mostrando una disminución de siete muertes por esta problemática, siendo el rango de edad de 25 a 34 años quienes lideran esta cifra.
Para poder prevenir estos números, el psicólogo especialista en crisis, emergencias y conductas suicidas Guillermo Rocha refirió que primero se deben de identificar las señales de alerta como los cambios repentinos.
“Las señales de alerta tienen que ver con cambios que pueden ser repentinos, alguien que estaba bien, y que ahora está mal, cómo se aísla, deja de dormir o duerme en exceso. Cambios en la alimentación repentina, como dejar de comer o comer en exceso.
“También el cambio puede ser repentino de estar mal a estar bien, alguien que lleva una temporada sufriendo ansiedad, cuadros depresivos, mostrando preocupación constante y de repente se muestra que todo estuviera bien y sus problemas se terminaron”, mencionó.
Además, Rocha explicó que en las conductas suicidas existen tres temas como la vulnerabilidad, factor de riesgo y un detonante, por lo que otro tipo de prevención es el factor protector. Ante esto, los especialistas exhortaron a la ciudadanía a no quedarse callados y de esta forma buscar ayuda psicológica, porque “está bien, no estar bien”.
Cada 10 de septiembre se conmemora el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, esto con el fin de recordar que hay una alternativa al suicidio y de que a través de nuestras acciones podemos alentar la esperanza y fortalecer la prevención.