San Nicolás.- Habitantes de colonias ubicadas en el corredor industrial de San Nicolás denunciaron que la contaminación generada por plantas acereras, como Ternium, papeleras y otras fábricas ha deteriorado su salud, su calidad de vida e incluso la infraestructura de sus viviendas.
Ayer, ABC Noticias publicó que el municipio nicolaíta se ha convertido en el epicentro de las emisiones industriales más peligrosas de la Zona Metropolitana de Monterrey.
Vecinos de la colonia Cuauhtémoc y Cuauhtémoc Segundo Sector señalaron que la exposición constante a polvo metálico, emisiones industriales, ruido y tráfico pesado ha provocado enfermedades respiratorias, irritación ocular, alergias y complicaciones para personas con padecimientos crónicos.
La señora Flores, con más de 60 años viviendo en la colonia, explicó que para caminar o realizar actividades al aire libre deben elegir horarios específicos, muy temprano o al atardecer, y utilizar cubrebocas debido a la intensidad de la contaminación.
“Hay momentos en que no se tolera. Sales a caminar y te lloran los ojos; se siente como tierra en el ambiente. Esto no es neblina, es contaminación. Cuando se acumula la capa de polvo, sientes que no puedes respirar. Vivimos enfermos de catarro, y las personas mayores aún más”, expresó.
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Silvia Ledezma, residente desde hace 17 años, añadió que los residuos que caen sobre las viviendas tienen una textura similar a “polvo de fierro”, el cual se adhiere diariamente a autos, ventanas, muebles y bardas.
Además asegura que padece problemas respiratorios de manera frecuente.
Por su parte, las hermanas Juany y Mirtala Hinojosa, quienes han vivido en la colonia durante 70 años, comentaron que antes el problema no existía y que comenzaron a percibirlo hace aproximadamente dos décadas.
“Tenemos 70 años viviendo aquí y antes no había este problema. Lo empezamos a notar hace como 20 años, cuando veíamos que de las calderas salía todo el humo. Los techos comenzaron a ponerse negros y las ventanas igual”, relataron.
Además del impacto en la salud, las residentes coincidieron en que el ruido industrial y el tráfico de carga pesada agravan la situación en la zona, generando vibraciones en las viviendas y afectaciones nocturnas.
