Monterrey.- La vocación docente se escribe con pasión, entrega y amor, y la historia de San Juanita García Marroquín es ejemplo de ello. Con más de 54 años dedicados a la educación pública, la directora de la Secundaria No. 24 “Guillermo Prieto” ha transformado vidas dentro y fuera del aula.
Desde que a los 15 años decidió seguir los pasos de sus hermanos —todos maestros— San Juanita ha hecho de la enseñanza su misión. “Desde entonces supe que quería servir, enseñar, motivar”, relata con emoción la originaria de General Bravo, Nuevo León, egresada de la Normal Miguel F. Martínez.
A lo largo de su carrera ha enfrentado numerosos retos, siendo la pandemia uno de los más difíciles. Pero con determinación, digitalizó su escuela, mantuvo el vínculo con su comunidad y adaptó su liderazgo a los nuevos tiempos. “Dije: ‘Quiero y puedo’. Y lo hicimos”, recuerda.
Su legado se extiende a miles de exalumnos, muchos de ellos exitosos en universidades como Oxford, Cambridge y otras partes del mundo. Actualmente, estudiantes bajo su dirección participan en concursos internacionales de robótica.
El Día del Maestro tiene un valor especial en su familia: sus hijos también son educadores. Lo celebran juntos, reconociendo el impacto de una vocación que trasciende generaciones.
San Juanita no solo dirige una escuela, forma ciudadanos. “Todo lo que se hace con amor funciona”, asegura. Su historia es un homenaje vivo al poder transformador de la educación. 