Guadalajara, (EFE).- Con un show de bailables que resaltan la mexicanidad y abordan temas como la discriminación, la transfobia y el orgullo por la identidad sexual, la compañía LGBTQ+ "México de Colores" presentó este sábado su espectáculo en la ciudad mexicana de Guadalajara, oeste del país.
Con 17 bailarines en escena que dieron vida a 13 piezas de danza mexicana en las que se conjugan los bailes típicos, el cabaret, la picardía mexicana, el humor negro y un mensaje de tolerancia hacia la comunidad LGBTQ+.
El director de la compañía, Carlos Antúnez, explicó a EFE que la compañía tiene el reto de mostrar una versión contemporánea de la cultura mexicana.
"Mostramos la danza mexicana, la mezclamos con cabaret, pantomima, teatro físico, sobre todo con humor negro y me gusta pensar que seguimos en la búsqueda de mostrar nuevas manera de hacer danza mexicana, cómo se baila en México la música de mariachi, un son jarocho, o un trío huasteco como una versión contemporánea", explicó.
La diversidad sexual, cultural y musical es el eje de esta compañía drag que defiende la tolerancia al travestismo que hay en las danzas de diversas regiones de México, pese a que no hay un amplio reconocimiento de la pluralidad sexual.
"En México hay una gran cultura del travestismo, nada más que este no es tan manifiesto a simple vista pero en casi todas las regiones del país hay danza donde los hombres se visten de mujeres, solo que estas manifestaciones tienen que ver con la tradición y si acaso con el humor", señaló.
La compañía con 11 años de trayectoria ha pisado escenarios en toda el territorio mexicano, y ha trascendido fronteras al presentarse en como países como Estados Unidos, Cuba y próximamente Ecuador.
En el espectáculo, los bailarines -todos varones- hacen un viaje por todos los rincones del país al compás del son veracruzano, la música tradicional purépecha, el jarabe tapatío, la banda norteña o el danzón.
Uno de las piezas toma como referente a las llamadas "Adelitas", mujeres que tomaron las armas durante la Revolución Mexicana (1910-1917), para mostrar el orgullo y "la resistencia" transgénero con uno de los bailarines ondeando la bandera azul, roja y blanca, símbolo de la identidad trans.
Con trajes típicos adaptados a la estética de la comunidad travesti y un colorido maquillaje, los bailarines reivindican con alegría el respeto, la tolerancia y el orgullo de la identidad.