México.- El caso de Ariadna Fernanda López ha conmocionado al país y hace recordar a otros sucesos similares, en el que además del trágico desenlace de las mujeres, resalta que la primera autopsia y versión de las autoridades descartaba los feminicidios como primera línea de investigación.
Ariadna fue encontrada sin vida por un ciclista en la carretera a Morelos, estado donde se realizó la primera necropsia, en la que se indicó que la joven de 27 años murió debido a una intoxicación alcohólica.
Sin embargo, un par de días después la Fiscalía General de Justicia de CDMX desestimó la primera versión, asegurando que un segundo análisis mostró que la mujer en realidad murió debido a un trauma múltiple por golpes.
La información nueva abrió otra línea de investigación por el feminicidio y ya han sido detenidas dos personas por estar presuntamente involucradas en la muerte de Ariadna.
Debanhi Escobar: la presión de un estado para esclarecer el crimen
Debanhi Escobar fue reportada como desaparecida el 9 de abril, tras acudir a una fiesta en la zona de Nueva Castilla, en Escobedo, Nuevo León y fue hasta el día 21 de ese mes cuando se localizó su cuerpo dentro de una cisterna ubicada en un motel, cerca de donde fue vista por última vez.
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La primera versión de la fiscalía señalaba que su muerte se dio por una caída, sin embargo, tras exhumar su cuerpo y realizar una segunda necropsia, se determinó que su fallecimiento no se dio por una contusión, sino debido a asfixia por sofocación.
El 25 de julio el subsecretario de Seguridad Pública de la Federación, Ricardo Mejía, consideró el caso como un feminicidio y el 29 de septiembre, la FGR tomó control en su totalidad.
Durante el caso y debido a deficiencias en las investigaciones, fueron removidos de su cargo Rodolfo Salinas, el fiscal especializado en personas desaparecidas y Javier Caballero, fiscal especializado en antisecuestros.
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Más de 6 meses después de la esaparición y hallazgo de su cuerpo, no se han informado sobre detenciones relacionadas con el caso.
Abigail: investigación por feminicidio tras su muerte en los separos
Otro caso destacable es el de Abigail Hay Urrutia, a quien se le realizaron tres autopsias y se descartó la versión inicial de suicidio, para comenzar a investigar el caso como feminicidio y con la perspectiva de género.
Abigail fue detenida en agosto por la Policía de Salinas Cruz, en Oaxaca y llevada a los separos, horas después fue encontrada sin muerta en ese lugar y en primera instancia se determinó que había atentado contra su propia vida.
Familiares de la mujer exigieron una segunda autopsia al asegurar que “no fue un suicidio, sino un feminicidio”.
Tras el segundo examen, la Fiscalía informó que la causa de su muerte fue asfixia por ahorcamiento. Se abrió una carpeta de investigación por estos hechos bajo el protocolo de feminicidio, que derivó en la detención de un juez, el comandante de la policía y dos agentes de la corporación.
Posteriormente fue realizada una tercera autopsia que confirmó los dictámenes de las dos primeras, cambiando el enfoque que se dio a la investigación.
Luz Raquel: del feminicidio a la revictimización en Jalisco
El pasado 16 de julio Luz Raquel Padilla, de 35 años, fue atacada y quemada viva en el municipio de Zapopan. Según las primeras indagatorias, la mujer fue agredida cerca de las 20:20 horas del sábado por al menos tres hombres y una mujer, quienes le rociaron alcohol y prendieron fuego tras haber discutido.
Además, los testigos mencionaron que uno de sus vecinos la amenazaba constantemente debido a la “intolerancia por los ruidos que su hijo hacía en los momentos de crisis”, ya que éste padece autismo.
Días después la fiscalía de Jalisco ofreció una rueda de prensa para presentar más detalles de la investigación, en la que dieron a conocer que la mujer compró botellas de alcohol, un encendedor y también manipuló las cámaras de su vecino.
Autoridades estatales presentaron una serie de vídeos con la cronología de la mujer días antes de su fallecimiento e indicaron que seguían distintas líneas de investigación, entre ellas la posibilidad de un ‘auto ataque’.