Da juez federal 30 años de cárcel a ‘El Pozolero’

Santiago Meza López, miembro de la organización criminal de los Arellano Félix, declaró haber disuelto 300 cadáveres en sosa cáustica.

Santiago Meza López, 'El Pozolero'.Créditos: Twitter: @Elcesarfraijo
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México.- Un juez federal impuso una condena de 30 años con ocho meses de prisión a Santiago Meza López, “El Pozolero”, miembro de la organización criminal de los Arellano Félix y señalado de disolver los cadáveres de los rivales en sosa cáustica. 

En marzo de 2014, elementos de la Policía Federal Ministerial (PFM), cumplimentaron orden de aprehensión por reclusión en contra de Santiago “M”, en el Centro Federal de Readaptación Social número 1 “Altiplano”, en Almoloya de Juárez, Estado de México.

Posteriormente, en 2015, Héctor “D”, también fue aprehendido por reclusión en el Centro Federal de Readaptación Social número 5, en Villa Aldama, Veracruz. Ambos compurgaban condena por otros delitos.

La Fiscalía General de la República (FGR) señaló que en días pasados y luego de una serie de procedimientos, el titular del Juzgado Primero de Distrito de Procesos Penales Federales en el Estado de México, con sede en Toluca, dictó la sentencia mencionada en contra de ambas personas.

Santiago “M” está preso en el Centro Penitenciario número 18 “CPSCoahuila”, en Ramos Arizpe, Coahuila, y Héctor “D”, en el Centro Federal de Readaptación Social número 5 “Oriente” en Villa Aldama, Veracruz.

El domingo 25 de enero de 2009, el gobierno del entonces presidente Felipe Calderón presentó a Santiago Meza López, quien declaró haber disuelto 300 cadáveres en sosa cáustica. 

En la ronda de preguntas delinearía sus métodos. Dijo primero que disolvió a 300 personas en un solo año, aunque después aclaró que 300 era, en realidad, el número total de víctimas que había deshecho durante los 10 años que practicó el oficio.

Explicó que el método de “cocción” era a fuego alto durante un día entero, y la capacidad por semana era de tres cuerpos.

Teodoro García Semental, “El Teo”, le entregaba los cadáveres, mismos que, detalló, colocaba en un recipiente con agua y sosa cáustica durante 24 horas o hasta su completa desintegración.