Centro Nacional de Huracanes vigila 5 disturbios en el Atlántico

Cada una de las zonas de baja presión tienen diferentes probabilidades de convertirse en ciclones.

Créditos: Especial
Escrito en NACIONAL el

Ciudad de México. – La Comisión Nacional del Agua (Conagua) y Centro Nacional de Huracanes informaron que se encuentran vigilando cinco zonas de baja presión en el océano Atlántico con probabilidad para desarrollo ciclónico.

La primera de estas se ha formado en el noroeste del golfo de México, a unos 370 kilómetros al norte-noreste de Barra El Mezquital, Tamaulipas. 

Su potencial de desarrollo ciclónico es bajo, con solo un 10% en los próximos dos días, sin embargo, se mantiene en vigilancia.

En tanto que, al este de Carolina del Norte, Estados Unidos, otra zona de baja presión ha incrementado su posibilidad de convertirse en ciclón, alcanzando un 20% en 48 horas y el mismo porcentaje en siete días. 

Otra más se ubica en el suroeste de las islas de Cabo Verde. Se localiza a más de 5,700 kilómetros al este de las costas mexicanas y se desplaza al noroeste. 

Cerca de las costas de Quintana Roo, a unos 725 kilómetros al este, se encuentra una cuarta zona de baja presión asociada con una onda tropical sobre el oeste del mar Caribe. 

Finalmente, la quinta zona de baja presión asociada con una onda tropical, está en el Atlántico Central, a unos 3,535 kilómetros al este de Quintana Roo. 

Por ahora su potencial ciclónico es mínimo, con un 0% en dos días y solo un 10% en una semana.

¿Qué es una zona de baja presión?

Una zona de baja presión es un área en la atmósfera donde la presión del aire es más baja en comparación con las áreas circundantes.

En estas zonas, el aire caliente tiende a subir, ya que es menos denso. A medida que el aire asciende, se enfría y puede condensarse en forma de nubes y precipitación, lo que puede llevar a condiciones meteorológicas como lluvia, tormentas o incluso huracanes, dependiendo de la intensidad de la baja presión.

Las zonas de baja presión suelen asociarse con tiempo inestable y tormentoso, mientras que las zonas de alta presión tienden a traer condiciones más estables y despejadas. La formación y movimiento de estas zonas juegan un papel crucial en la meteorología y en la predicción del clima.