Cada mes, Guillaume Pierre se reúne en promedio con los ejecutivos de dos compañías francesas interesadas en hacer negocios en Nuevo León.
El boom económico que hoy vive el estado gracias al nearshoring es una oportunidad de traer nuevas maneras de producir y generar puestos de alta calidad, dice el diplomático parisino en su buen español.
La clave es, afirma, que los proyectos no se queden sólo en “beneficios secundarios” para el estado y su gente.
El pasado 20 de septiembre Pierre cumplió dos años de haberse mudado a Monterrey, su doceava ciudad en cinco años como miembro del servicio exterior galo.
En cada ocasión, dice, ha tenido que guardar toda su vida en cajas y enviarla por un contenedor para instalarse y empezar de nuevo.
El 21 de octubre cumplió dos años de haber inaugurado el Consulado de Francia en Monterrey, el primero del país fuera de la Ciudad de México.
En su agenda, afirma, hay pocas horas de descanso, pues la misma está llena de reuniones sobre temas educativos, culturales y, por supuesto, empresariales.
No es casualidad que la apertura del consulado francés, en la calle Degollado de San Pedro Garza García, coincidiera con el fenómeno de relocalización de cadenas de producción o nearshoring.
Muchas empresas ven a Nuevo León como un destino atractivo para invertir, instalarse y exportar hacia Estados Unidos.
Esta tendencia se aceleró con el encarecimiento de los fletes marítimos provenientes de Asia, durante la pandemia del COVID-19.
También ayudó la puesta en marcha del nuevo acuerdo comercial entre México, EU y Canadá, el T-MEC, que ofrece aranceles más bajos para la venta de mercancías entre los tres países.
Francia es una potencia económica y sus compañías tienen una activa participación en Nuevo León, el estado industrial de México.
Son, dice Pierre, más de 50 las firmas del país europeo las que ya participan en la entidad, generando arriba de 25,000 empleos. Varias compañías galas han puesto también los ojos en Monterrey para invertir e instalarse.
En esta área, el cónsul francés de Nuevo León asegura que el sector privado de su país no busca sólo mano de obra barata y espacio para instalarse y exportar a Estados Unidos.
No se trata sólo de acumular inversiones, advierte, sino de que los nuevos proyectos asociados al nearshoring “beneficien de manera fuerte a la gente de aquí”.
Esta racha de capital extranjero, plantea, es insuficiente si sólo da para producir “empleos mal pagados” y sin crear infraestructura.
“No basta con construir un complejo industrial aislado que se conecte por carretera a Estados Unidos, para servir a un mercado externo; los proyectos deben impulsar el desarrollo de la Zona Metropolitana de Monterrey”, enfatiza Pierre desde un love seat de su oficina sampetrina.
“El reto es que también se invierta en capital humano, en universidades, en conocimiento, en patentes y en elevar el nivel global de la industria local, y no sólo para servir a intereses capitalistas y a mercados externos”, insiste el diplomático francés de 60 años.
Pierre asegura que la óptica de su país es colaborar en el desarrollo local, porque además “Francia y México son dos países importantes del escenario mundial, que tienen una visión de un mundo de equilibrio y de paz.
“Todo lo que podamos hacer va de la mano con México y por eso se abrió un Consulado en Monterrey, para trabajar en esta confianza y deseo de trabajo mutuo”, expresa.
La apertura de la oficina diplomática en la capital regia hace sentido si se toma en cuenta que Francia tiene ya nueve consulados en Estados Unidos, cinco en Canadá y cuatro en Brasil.
El de Monterrey es apenas el segundo de México, ya que existe otro que opera en la capital del país adjunto a la Embajada Francesa.
“México es un país muy grande y diverso, y teníamos que aumentar presencia y conocer al país en su diversidad”, explica Pierre.
La diferencia que tiene la oficina de Monterrey con respecto al consulado de la Ciudad de México, dice Pierre, es que aquel se concentra principalmente en servicios de trámites consulares, mientras que el de la capital regia tiene una perspectiva más amplia, ya que además de los trámites, también atiende aspectos culturales educativos y de negocios, entre otros.
“En París están muy contentos con el Consulado de Monterrey, entienden que estar aquí nos permite tener una mirada más diversa sobre México y acercarse a sus distintas realidades, concretamente las del Noreste”, expresa el diplomático.
“Estamos en una ciudad que representa, en su forma, los retos de la mundialización. Monterrey es una ciudad donde se crean productos del futuro, hay desafíos de medio ambiente, clima, agua, sustentabilidad, sociales, de distribución, de conexión con Asia y Europa, es un laboratorio muy interesante de lo que puede ser el futuro de nuestro mundo”, expresa el funcionario galo.
En la entrevista, Guillaume Pierre hizo un “corte de caja” sobre las actividades realizadas y los retos que ha enfrentado en sus primeros dos años como cónsul en Monterrey.
Un plan francés: poner ‘a volar’ el aeropuerto regio
El 22 de diciembre del 2022 se anunció que la francesa Vinci había adquirido el 29.99% del mexicano Grupo Aeroportuario Centro Norte (OMA), operadora de 13 terminales aéreas, entre ellas la de Monterrey, la más importante del grupo.
La transacción por $815.4 millones de dólares le daba a la firma gala el control de la mexicana, y la posibilidad de posicionar al aeropuerto regio como un hub regional, no sólo del Noreste de México, sino del sur de Estados Unidos y del Caribe, según Guillaume Pierre.
El cónsul francés asegura que la experiencia de Vinci “va a ayudar a OMA a ser una referencia de calidad mundial”.
Ésta ya se nota, dice, en la terminal regia.
“Ya hay nuevas rutas y hay una nueva dinámica que permitirá posicionar al de Monterrey como un gran aeropuerto”.
Vinci, explica Pierre, es el mayor operador aeroportuario privado del mundo, con más de 70 terminales en 13 países.
“Es un grupo muy sólido y con gran capital, lo que será una ventaja importante para que Monterrey se convierta en una terminal de clase mundial”, expresa.
“Con México hay confianza y deseo de trabajo mutuo”
¿Cuál es su balance a dos años de la apertura del consulado de Francia en Monterrey?
El tema económico ha sido una de las prioridades. Con el dinamismo del nearshoring y el boom económico que éste favorece, me he enfocado en ayudar a que las empresas francesas lo aprovechen, creando lazos con firmas mexicanas.
Pero la parte universitaria y de educación es también un tema de gran interés para Francia. Tenemos convenios con las universidades locales e intercambios estudiantiles muy activos, eventos, foros, cátedras, residencias.
Nos interesa mucho la lengua francesa, hay casi 25,000 personas que la están aprendiendo en Nuevo León. Ayudamos en la capacitación de profesores y trabajamos no sólo en la lengua sino en la cultura, con muchos proyectos, porque ese es el ADN de Francia.
En los estados del Noreste y en Chihuahua estimamos que viven unos 1,500 franceses, a quienes también servimos en las renovaciones de sus pasaportes.
¿Qué peso tiene el nearshoring en las actividades del Consulado?
El nearshoring está produciendo un aura importante de inversiones en la región y hay muchas empresas francesas interesadas en ser parte de esta dinámica, que ya se están instalando o piensan hacerlo.
Actualmente, hay alrededor de 50 firmas francesas en Nuevo León, que generan más de 25,000 empleos.
El reto para el estado es no solamente traer mucha inversión, sino inversión que ayude a impulsar la cadena de valor, la innovación y lo que se entiende como “industria del futuro”.
Además, deben estimularse proyectos que respeten el medio ambiente y ayuden a sus trabajadores a aprender un trabajo inteligente, con nuevas tecnologías.
Aquí las empresas francesas están muy bien posicionadas, mejor que las de otros países que sólo quieren aprovechar el espacio disponible y la mano de obra barata.
Nos interesan los proyectos de alto nivel tecnológico y con empleos calificados.
¿Qué empresas francesas destacan en Nuevo León?
Entre ellas, quiero destacar a Teleperformance, una empresa de servicio al cliente que genera alrededor de 6,000 empleos en Nuevo León. Son empleos de calidad, no de maquila, son trabajos en el área de servicio al cliente.
También destaco a Schneider Electric SE, que genera otros 6,000 empleos, dedicada a la fabricación de sistemas eléctricos.
Schneider tiene aquí su centro de investigación dentro del Parque de Investigación e Innovación Tecnológica (PIIT), donde emplea a 400 ingenieros y es en Monterrey donde desarrolla todos sus productos para América del Norte.
Sus empleos son de mucho valor agregado porque son ingenieros y diseñadores.
Hay muchas empresas francesas más, por supuesto industriales, pero también de servicios informáticos y otras como Axa, del área de seguros, y Sodexo, integradora de servicios de alimentación y gestión de instalaciones.
Otra empresa que invirtió de manera masiva aquí fue Vinci, que actualmente tiene la gestión del Aeropuerto Mariano Escobedo de Monterrey.
En su opinión, ¿qué retos internos enfrenta Nuevo León ante el nearshoring?
Para mí hay dos grandes temas: Primero: las inversiones representan valor, capital y dinero, pero hay que tener certeza de que éstos beneficien a la gente de aquí.
Es muy bueno que se estén captando inversiones, pero éstas deben implicar no sólo empleos mal pagados y sin inversión en la infraestructura local.
El reto es transformar y tener certeza de que toda la inversión extranjera creará, más que empleos simples, valor para Monterrey.
Que se invierta en capital humano, en universidades, en conocimiento, en patentes y en elevar el nivel global de la industria, y no sólo en servir a los capitalistas y al mercado externo, que es uno de los riesgos.
Y segundo: Monterrey es una ciudad con más de 100 años de historia industrial, con grandes empresas como las del “Grupo de los 10”, y debe conservar una dinámica propia en su industria y no sólo en favor del desarrollo extranjero.
Mucha de la riqueza mexicana de Monterrey, me parece que no se invierte en Monterrey, o bien se invierte eventualmente en lo inmobiliario, que no es tan productivo.
Hay que asegurar que haya innovación en capital humano, que se beneficie en general a la comunidad de Monterrey, para que la ciudad siga desarrollándose industrialmente sin depender de algunas empresas extranjeras.
Actualmente en el estado operan empresas muy icónicas que son grandes empleadoras, pero sus beneficios a nivel local son mínimos.
Un ejemplo es el sector automotriz, donde México produce vehículos de buena calidad, pero éstos se venden fuera del país y aquí se quedan autos de mala calidad.
Estos temas nos interesan en Francia. Hay cambios en el mundo y debemos prepararnos. Estamos del lado de México para ayudarlo a aprovechar lo mejor posible estos cambios.
Cada mes como mínimo tengo dos reuniones con empresas francesas que se interesan en invertir en Nuevo León y lo que me interesa es que sean empresas que traigan innovación, nuevas maneras de producir, nuevos tipos de productos.
También empresas que trabajen en temas de ciudad sustentable, calidad del aire y gestión de los sistemas de transporte, gestión inteligente de la ciudad, así como en ciberseguridad.
El gobierno de Nuevo León está ampliando el Metro regio. ¿Participarán las firmas francesas?
Hay mucho interés. Somos líderes mundiales en esta área con empresas como Alstom, que tiene plantas en México y ensambla aquí trenes de alta velocidad y Metros, tanto para el Tren Maya como para el Metro de San Francisco, pero al momento no tenemos un proyecto.
Hay proyectos en discusión y espero que podamos cerrar algún contrato, el cual implicará no sólo negocios, sino conocimiento y un nivel mundial en calidad e información.