Monterrey.- La agonía de FAMSA terminó, pues hoy viernes la cadena regiomontana de almacenes dará su último suspiro ante el inminente cierre de su última sucursal, que, paradójicamente, fue la primera de 379 tiendas que llegó a tener en todo México a lo largo de 53 años.
Se trata de la sucursal 01 ubicada en la esquina de Colón y Pino Suárez, en el centro de Monterrey, un punto de la ciudad que los regios han identificado durante décadas precisamente porque ahí se localizaba la tienda.
En la cuenta regresiva al dramático punto de no retorno solo quedan anaqueles vacíos observables desde los vitrales de los aparadores que dan hacia la avenida Pino Suárez, junto a letreros que advierten una venta de liquidación y una gran cantidad de ofertas.
Debido a que el emblemático inmueble en el que don Humberto Garza González fundó FAMSA ya fue vendido, la empresa, que aún enfrenta un concurso mercantil, se ve obligada a abandonar dichas instalaciones.
La crisis de Famsa comenzó en junio del 2020, cuando la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, revocó la licencia de Banco Ahorro Famsa, debido a operaciones y créditos otorgados a personas relacionadas del grupo por encima de los límites regulatorios.
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Semanas atrás, cerraron otras dos sucursales que Famsa tenía abiertas en nuestro país, la de Saltillo y Monclova, tan solo era cuestión de días para que la sucursal de Monterrey también lo hiciera.
Famsa se hundía poco a poco
El pasado 19 de enero mediante un recorrido por ABC Noticias, se pudo captar las condiciones en las que se encontraban algunas de las sucursales de Famsa, luego de que se diera a conocer que sufrían una severa falta de flujo de efectivo, lo que complicaba su capacidad para hacer frente al pago de los gastos de operación.
Ese día, la sucursal ubicada en Colón y Pino Suárez, en el centro de la Ciudad de Monterrey, se encontraba totalmente destruida, prácticamente vacía y con ausencia de clientes y trabajadores por sus pasillos.
Durante la visita, los guardias se mostraban inquietos, el ambiente en el lugar era tenso y triste, y como en una película, la situación proyectaba un hecho dramático o simplemente el fin del mundo para una firma que abrió sus puertas hace 53 años.