Recibir un diagnóstico de cáncer de mama es un golpe que impacta a una mujer tanto en su aspecto psicológico, como en el emocional, social, corporal y hasta sexual.
La conmoción dependerá de la etapa en que se detecte la enfermedad, la edad de la paciente y también su personalidad, pero en todos los casos se requerirá de una buena dosis de resiliencia, asegura la psico-oncóloga Isabel Centeno.
Contar con una red de apoyo, palabras de aliento, fortaleza, consuelo y ánimo son factores positivos para quien se enfrenta a una valoración de este tipo, la cual desafortunadamente puede significar la muerte.
El cáncer de mama es uno de los principales problemas de salud femenina en México y es el cáncer que más vidas de mujeres cobra en el país.
Según el Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, en el país se registran anualmente más de 20,000 casos de cáncer de mama en mujeres, y casi una cuarta parte de ellas (24%) muere.
Sin embargo, la buena noticia es que el 30% de los casos pueden ser prevenibles y el otro 30%, diagnosticados a tiempo, lo que marca un mundo de diferencia en la forma de hacer frente a esta enfermedad.
La lucha contra el cáncer de mama se vive desde diferentes trincheras y cada vez es mayor el avance para conscientizar sobre sus riesgos, actividades preventivas y también los tratamientos para combatirlo y curarlo.
Aun así, recibir un diagnóstico positivo conlleva una fuerte carga emocional y por ello es necesario que la paciente se informe, pues “hay muchos tipos de cánceres, y el de mama es uno de los que pueden curarse”, expresa Centeno.
Para ello, plantea, hay que contar con información clara y bien fundamentada, pues esa será la manera para ir “quitando el tabú al cáncer de mama”.
El cirujano mastólogo Jaime Tamez, asegura que si bien es el cáncer que más se diagnostica en mujeres, “las tasas de sobrevida son muy altas, siempre y cuando las pacientes se diagnostiquen en una etapa temprana, y puedan recibir el tratamiento correcto en tiempo y forma”.
Todo depende, amplía, del cuidado, el diagnóstico y el tratamiento quirúrgico al que se sometan las pacientes.
Lamentablemente, añade, en nuestro país, las tasas de mortalidad no han disminuido a pesar de los muchos esfuerzos que se hacen.
Tomar la decisión oportuna, un reto personal
Uno de los principales desafíos en la lucha contra el cáncer de mama en México es impulsar una mayor cultura de prevención y detección oportuna de la enfermedad.
La mayoría de las veces, el 60 o 70% de los casos, la detección se realiza en etapas avanzadas.
A ello se suma que los tiempos entre la detección y el inicio del tratamiento tienden a ser prolongados, lo que dificulta la recuperación de las pacientes.
“El tiempo que tarda en hacerse una buena mamografía a las pacientes, en diagnosticarlas, en entregarles su resultado, y esperar su primer tratamiento es muy prolongado en México”, lamenta Tamez, especialista en el diagnóstico y tratamiento quirúrgico de mama.
En algunos casos, dice, el lapso entre la detección y el inicio del tratamiento puede ser de hasta seis meses.
Sin embargo, también hay que aclarar, que el cáncer de mama no es exclusivo de las mujeres, y puede llegar a presentarse también en hombres, aunque en menos del 1% de los casos.
Usualmente, la carga de atención para el cáncer de mama la tienen instituciones de seguridad social y salud pública.
Sin embargo, los grupos hospitalarios privados cubren un papel importante en la lucha contra la enfermedad.
La atención médica para el cáncer continúa aun después de que se determina que una paciente está libre del padecimiento e incluso luego de una eventual reconstrucción mamaria.
Datos de la consultora PwC (antes PriceWaterhouseCoopers) estiman que el tratamiento anual de cáncer de mama asciende a los $350,000 pesos, aunque la cifra varía según el paciente y la institución.
Apoyo moral, indispensable frente a la enfermedad
En la lucha contra el cáncer de mama, existen mujeres que tras vivir en carne propia la enfermedad, colaboran en incentivar la prevención, reforzando la importancia de la autoexploración y conformando una red de apoyo para otras pacientes diagnosticadas.
Una de estas asociaciones es Unidas Contigo, fundada en abril de 2003 y que actualmente está presidida por Flora Eugenia Ferrara, sobreviviente también de cáncer de mama.
“La familia es sumamente importante, pero muchas veces las pacientes no tienen ese apoyo, o tienen un entorno muy complicado y nosotros nos convertimos en esa red, en un lugar de contención, donde además de escucharlas y apapacharlas, somos un espacio donde pueden hablar de lo que quieran; nadie las va a juzgar sobre lo que sientan”, dice Ferrara.
Quienes se integran a los diferentes grupos tienen la oportunidad de acceder a información precisa y necesaria, a exámenes, especialistas, prótesis, pelucas, turbantes y brasieres, asegura Ferrara.
Es necesario que las pacientes sepan que cuando se acercan a Unidas Contigo tendrán un apoyo en su lucha contra el cáncer de mama, que no están solas, sino que hay una red de mujeres que las acompaña, expresa.