En un mundo cada vez más digitalizado, la ciberseguridad se ha convertido en uno de los pilares fundamentales para la continuidad y protección de las empresas. Sin embargo, en el caso de México, no sólo enfrentamos los desafíos técnicos y organizacionales de proteger la información, sino también una disparidad de género que aún limita el acceso de las mujeres a este campo y que opera desde la niñez, en las escuelas.
En el 2025, las empresas mexicanas podrían experimentar una transformación significativa si logran aprovechar el potencial de las mujeres en ciberseguridad, pero ¿cómo se encuentra esta situación hoy y cuáles son los retos por superar?
La participación de las mujeres en la tecnología, y particularmente en la ciberseguridad, ha sido históricamente limitada. En México, esta realidad no es diferente. Datos recientes muestran que menos del 20% de los profesionales en ciberseguridad en el país son mujeres. Aunque el porcentaje ha mostrado ligeros avances, todavía está muy lejos de reflejar una equidad.
Es importante que también las instituciones educativas desempeñen un papel más activo en este proceso. Desde temprana edad es fundamental promover el interés de las niñas por las ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés). También es necesario reforzar los programas de educación superior y capacitación especializada en ciberseguridad, asegurándose de que sean accesibles para niñas y mujeres de todos los contextos socioeconómicos.
Las brechas de género en ciberseguridad no sólo implican una menor participación femenina, sino también barreras estructurales y culturales. Estereotipos de género, falta de modelos a seguir y escasas oportunidades de capacitación, son factores que limitan la entrada y el desarrollo de las mujeres en este campo.
Adicionalmente, las empresas en México a menudo no cuentan con estrategias claras para fomentar la diversidad de género en sus equipos de ciberseguridad, lo que perpetúa esta desigualdad.
Este año, las empresas mexicanas enfrentan un panorama de amenazas cibernéticas cada vez más complejo. El incremento de los ataques ransomware, el uso de inteligencia artificial por parte de ciberdelincuentes y la proliferación de dispositivos conectados, exigirán equipos de ciberseguridad más diversos y competentes.
Aquellas organizaciones que no logren adaptarse podrían quedar vulnerables, mientras que las que apuesten por una mayor inclusión podrán no sólo mejorar sus capacidades técnicas, sino también fomentar una cultura más innovadora.
A pesar de los desafíos actuales, hay iniciativas prometedoras en México que buscan cerrar esta brecha. Programas de capacitación enfocados en mujeres, iniciativas de mentoría y redes de apoyo profesional, están comenzando a generar un cambio positivo. Algunas empresas también han implementado políticas de contratación inclusivas y programas de desarrollo profesional para fomentar la participación femenina en tecnología.
Para las empresas mexicanas este año será una oportunidad de replantear su enfoque hacia la ciberseguridad y la inclusión. Invertir en el talento femenino no sólo contribuirá a reducir la brecha de género, sino también a fortalecer la resiliencia organizacional frente a las amenazas cibernéticas.
La construcción de una cultura empresarial que valore la diversidad y promueva el acceso equitativo a oportunidades será clave para capitalizar el potencial de las mujeres en este campo, y que venga desde la educación básica.
De cara al futuro, la transformación de la ciberseguridad en México dependerá de la colaboración entre los sectores público, privado y educativo.
Las empresas deben asumir un compromiso genuino para romper los paradigmas tradicionales y abrir espacios para el talento femenino. Esto incluye no solo contrataciones, sino también generar entornos laborales que favorezcan el desarrollo profesional y la conciliación entre la vida laboral y personal.
Este año podría ser decisivo para redefinir la manera en que las empresas en México abordan la ciberseguridad. Si bien los desafíos son significativos, también lo son las oportunidades.
Integrar a más mujeres en este campo no es sólo un tema de equidad, sino también una estrategia inteligente para construir organizaciones más seguras, competitivas y preparadas para los retos del futuro. La transformación está al alcance, siempre y cuando exista una voluntad colectiva para impulsar desde las bases.
La autora es Maestra en Ciberseguridad, escritora y conferencista internacional. Es consultora en la materia y Forensia digital en México. Ha sido reconocida como una de las 50 mujeres más influyentes en Ciberseguridad