Frente a un panorama medioambiental crítico, que anticipa condiciones climáticas poco viables para la humanidad y recursos finitos, el reciclaje se posiciona como una “medicina” clave para enfrentar esta emergencia.
De acuerdo con la Oficina de Reciclaje Internacional (Bureau of International Recycling, BIR), alrededor de 1.6 millones de personas trabajan formalmente en este sector a nivel mundial, mientras que se estima que existen otras 20 millones vinculadas a la informalidad en sus distintas modalidades.
En México, la iniciativa privada ha reconocido al reciclaje como una alternativa ecológica estratégica. Estudios demuestran que incorporar materiales reciclados en la cadena de valor de una compañía contribuye a reducir el consumo de recursos vírgenes durante la producción, optimizando costos y mitigando impactos ambientales.
Más allá de los beneficios ambientales, agregar materiales reciclados fortalece la estrategia de sostenibilidad y competitividad comercial de las compañías, factores esenciales para captar a consumidores y clientes que valoran cada vez más productos con contenido reciclado.
De acuerdo con el INEGI, hasta 2022 habían 4,528 empresas recicladoras registradas en el país. En Monterrey, predominan las compañías dedicadas al reciclaje de insumos industriales como aluminio, acero, plástico y cartón.
Entre las empresas del sector destacan: Arzyz, una de las mayores recicladoras de residuos de aluminio con plantas en Apodaca y Ciénega de Flores; Aceremex, especializada en la transformación de chatarra de acero; y PetStar, que opera centros de acopio en Nuevo León y tiene en Toluca la principal planta de reciclaje de PET del país.