De acuerdo con la Asociación Americana de Juego, en el pasado Super Bowl se movieron 16 mil millones de dólares en apuestas, una cifra récord.
El futbol americano y las apuestas han caminado de la mano en los últimos años, cada vez hay más apuestas y apostadores.
¿A dónde voy?
A dos hechos que pasaron en los últimos días, uno en Estados Unidos y el otro en México.
La noche del domingo, una decisión de Patrick Mahomes movió decenas de millones de dólares.
Con el marcador 23-20 en favor de su equipo, Kansas City, Mahomes tuvo la oportunidad de anotar y cubrir la línea de apuestas favorable a los Jefes que era de 9.5 puntos.
A un par de yardas de llegar a las diagonales, Mahomes decidió deslizarse, en lugar de llegar a las diagonales, para acabar con los pocos segundos que quedaban en el reloj, sellando una victoria de 23-20 de su equipo.
El problema fue para los apostadores quienes, en su mayoría, habían metido su dinero a que Kansas City cubriría la línea.
Un 91 por ciento había apostado por los Jefes y, de acuerdo a Caesars Casino, ellos recibieron apuestas por 350 y 240 mil dólares, que probablemente se quedaron al borde del infarto cuando Mahomes optó por no anotar y simplemente terminarse el tiempo.
Vamos ahora a México
La semana pasada, por primera vez en la historia, un casino abrió las apuestas en la ONEFA.
Unos minutos después de abrirse las líneas, las cuales increíblemente le daban puntos a favor a Auténticos Tigres y Borregos, las apuestas comenzaron a fluir.
En una liga estudiantil sin reglas sobre apuestas, así como oficiales que sancionan los juegos y ganan entre 300 y 400 pesos por juego, el riesgo de descontrol es alto.
ONEFA ya se desmarcó al respecto, pero nada puede hacer para evitar que las casas de apuestas lleguen a un mercado estudiantil.
Habrá que estar atento si las apuestas en la ONEFA llegaron para quedarse, o si solo fue un experimento que pondrá en jaque a la Liga y a las instituciones educativas que la integran.