La pelota volvió a rodar este 2024 y la afición regresó a la tribuna con la esperanza renovada, de que esto puede ser diferente y no solo eso, sino mejor para la causa que alientan, sean los felinos o albiazules, siempre tienen fe en que cada arranque de año, puede ser mejor que el anterior y eso está bien.
Comenzando con el Monterrey que arrancó con una victoria de 2-0 y pareciera que no hubo duda de quién dominó el encuentro, pero sí... De no haber sido por Andrada, la Raya se come tres, mínimo.
Si bien el resultado habla de un triunfo indiscutible, claro que tiene sus detalles a corregir, esos que llaman la atención de los observadores.
La raza, el grueso de villamelones, se queda con la cifra final y no les importa el cómo. El fútbol es más que eso. El fútbol es jugar bien, tratar con respeto el esférico y al espectador y acá no ocurre. No del todo. Los demonios siguen revoloteando sobre la cabeza de un impasible entrenador que le da lo mismo y pone la misma "poker face" si se gana la lotería o se muere su perrito.
Por la causa que haya sido, por fin, de inicio quedaron fuera el colombiano y el otro que ni defiende bien y ataca peor por la izquierda; se fue con Erick, Guzmán, Moreno y Vegas; nunca leyó que cuando entró Cavallini y fue Guzmán por él, sí, lo secó prefecto, pero comenzaron las oportunidades para Barragán y Sansores que acribillaron una y otra vez a Andrada.
En medio, Govea y adelante de ellos Romo y Ponchito, con Jordi por derecha y Meza por izquierda. Por alguna causa, alguna voz del cielo le dijo al profe que los futbolistas juegan mejor a perfiles cambiados y aunque ellos digan que se sienten mejor en su perfil natural, en la cabeza del DT, no puede saber más el jugador que él. Así que hicieron presencia ahí los dos. Un pase perfecto que le pone Romo al pecho a Meza, y lo deja frente al arco, le pegó de zurda y la pelota salió llorando.
Otra cosa pudo ser si cae a la zurda de Cortizo que estaba al otro lado. Al frente, Berterame y siempre voluntarioso, limpiando las pelotas sucias que le dan y enderezando el juego.
Monterrey no tiene por ahora una forma de juego definida, pero eso a nadie le importa, por los comentarios de muchos fans que están conformes con el resultado, como dijo aquel presidente alcohólico de Michoacán: "Haiga sido, como haiga sido"...
O pregúntales, si lo dudas. Les importa un cacahuate quien la meta. Quieren ganar y punto.
Tras las fallas y salvadas en el área local, vino una descolgada que sirvió para que “Berte” marcara el 2-0 a un pase exacto, preciso de Luis Romo y que las gargantas que ya preparaban el grito de "¡Dónde estás, mellizo!", quedara ahogado.
Este partido fue de esos que te dan un resultado mentiroso, y que a nadie le importa, a menos que alguien en el club haya observado que su equipo juega a llevar a patadas la pelota al frente, a ver qué sale, y se lo precisen al señor que cobra como entrenador.
POSTDATA:
Una buena lectura le dio al entorno Fernando Gago a su llegada a Chivas. Detectó que no puede mentarles la madre a sus jugadores, como hacía en Racing. Acá, Briseño y Guzmán sí lo sacan a patadas del vestidor, si se le ocurre.
Leyó muy bien quién movía el agua en el vestidor y pese a todo, sus antecedentes de dopaje e indisciplina y ese valemadrismo que lo aqueja, se dio cuenta que el “Pocho” es la voz cantante del grupo y le dio el gafete de capitán.
Ya el gol del empate al 98 y medio, cuando dijeron siete de reposición, eso ya es cortesía del "Cártel del Gol". Todo normal en la Liga MX...