Las declaraciones del entrenador del Monterrey lo pintan de cuerpo entero sobre la clase de profesional que es... Por supuesto, cada quién lo puede interpretar como guste, pero para el grueso de lo que es la raza que le va al Monterrey les dio una impresión inadecuada.
- "¿Presión?... Yo no me pongo presión. Yo hago lo que me apasiona, yo hago lo que me gusta. Soy realista y consciente en la institución que me encuentro. Sé que tengo que llevar al máximo esplendor a Monterrey para que pueda salir campeón, pero presión no me pongo, no".
"No siento esa presión de decir, si no soy campeón, me iré", precisó el DT albiazul.
La natural soberbia argentina lo delata. Lo que probablemente quiso decir es que él es tan bueno y su equipo tan grande que no sienten presión... y en cierta parte tienen razón.
Porque la gente que le va a al Monterrey, más que "presionar", cuando no le gusta algo de su equipo lo manifiesta con un "¡Buuuu!" colectivo en la grada que suena hasta ridículo porque, cierto, eso y nada es lo mismo.
El argentino llevó a los Rayados a la Liguilla y luego fue superado por un San Luis con más fútbol y agallas que lo echó de la fiesta de postemporada, sin siquiera esforzarse mucho.
Hay quienes suponen que la misma directiva sabía que por más que hicieran méritos, para ganar ese juego y luego enfrentar a Tigres en la semifinal, no tenían mucha posibilidad de ser campeones por dos razones.
Una: Tigres no se lo permitiría, y dos: el cártel que maneja el futbol mexicano tampoco... como no se lo permitió a Tigres y al final quedó campeón el equipo que advertimos semanas o meses antes en este espacio que sería quien se llevara la copa.
Y puede ser, que el club, sabiendo o advertidos de que América sería el monarca, ya mejor decidieron irse de vacaciones dos semanas antes y prepararse para lo que viniera luego.
En algún momento (en 2022) sucedió en el MX Femenil que las escuadras regias, que llevaban cinco torneos seguidos alternándose el campeonato, fue muy evidente que ambos equipos sacaron el pie del acelerador y dejaron pasar a sus rivales.
Así fue como Chivas y Pachuca llegaron a la final y las tapatías levantaron la copa. Pero fue evidente que las regias se dejaron ganar a petición (u orden) de, vaya a saber usted quién.
Ahora pudo suceder lo mismo. Aunque quedara la impresión que si bien Rayados no "ayudó" al San Luis facilitándole el camino, se notó que no le metieron ni el talento, ni la bravura suficiente para seguir con vida en la Liguilla.
Entonces, aunque dice hoy el DT del equipo de La Pastora que si no es campeón se va, preguntamos: ¿y luego? ¿y por qué no se fue o lo fueron hace tres semanas? ¿qué diferencia hay?
Lo dicho, estas declaraciones muestran -desde nuestro punto de vista- dos cosas: Que la afición rayada no presiona a nadie, ni al rival ni a sus jugadores o entrenador para que cumplan su objetivo, y que le vale madre...
Al arrogante tipo éste que dirige el Monterrey le da igual ganar o perder o lo que la gente piense de él y su equipo. Así de sencillo.