La mentira como modus vivendi

El acceso a la información ha magnificado la proyección del inconsciente colectivo. Las redes sociales y los medios digitales permiten que la desinformación se propague rápidamente, creando una realidad alterna que confunde la percepción de la verdad.

Escrito en OPINIÓN el

En un mundo donde la verdad puede ser amenazada por la revelación de intereses ocultos, la mentira se convierte en un medio para asegurar la estabilidad de un orden establecido, aunque sea a costa de la integridad y la confianza

"Nunca hemos hecho consciente en realidad de qué está hecha la verdad": anónimo Todd.

Gracias a la era digital hoy tenemos acceso a más información de la que podemos procesar y por lo tanto a más mentiras e interrogantes que nos han vuelto insensibles a la verdad. En mi análisis personal la mitad de los discursos y declaraciones públicas post en redes sociales, noticias y comerciales, que inundan el espacio cibernético son falsas o irrelevantes, ocasionalmente entretenidas. De la otra mitad desconozco sus intenciones. Poca información proveniente de fuentes analíticas transparentes y en paz tratando de construir o aportar con honestidad algo digno de nuestro tiempo.

Y es que, a lo largo de la historia, la política (pública y privada) ha sido un juego de máscaras y sombras, donde la mentira ha servido como herramienta para el control y la manipulación . Desde tiempos inmemoriales, los jefes o líderes han recurrido a la desinformación u omisión de la verdad como estrategias para mantener a conveniencia "el orden a mi favor" conciliando en ocasiones y cediendo a intereses particulares cuando conviene, para transitar el momento o un asunto a tratar . Este enfoque, aunque cuestionable, es visto como un mal necesario para preservar la cohesión social y evitar el caos.

Sin embargo, en la era digital, la situación ha cambiado drásticamente y la velocidad de las comunicaciones ha adormecido a la consciencia y ha dado lugar a un nuevo CINISMO, donde la mentira se ha transformado en una franca y abierta expresión del interés particular de quienes liderean y obligan a difundir "su verdad" en medio de la insensibilidad del océano de información intoxicada conocida como @infoxicacion por algunos expertos.

En lugar de buscar naturalmente el bienestar colectivo, estos "líderes" parecen actuar ya con una nueva escala de valores que prioriza la auto satisfacción, el control o poder individual, ignorando completamente el interés común y hasta comprando la percepción con amenazas o con dinero. Esta tendencia ha normalizado conductas violentas y corruptas, donde la norma sin culpa es la mentira, presentándola como natural, en un mundo donde la competencia salvaje se ha vuelto la excusa y el reflejo de los anti valores universales. Como si el juego de la vida se tratara de tener la razón, chingarse a los demás, acumular mil pesos más que el "amigo" y asegurar el respeto y la atención de los demás sin haber ido a terapia

El acceso a la información ha magnificado la proyección del inconsciente colectivo. Las redes sociales y los medios digitales permiten que la desinformación se propague rápidamente, creando una realidad alterna que confunde la percepción de la verdad. Las “mass” media mundial , la manipulación de la religión y los avances científicos se entrelazan en un laberinto de intereses que a menudo eclipsan la autenticidad de las experiencias humanas. La auto percepción se distorsiona en medio de una competencia salvaje por acaparar recursos, que, en teoría, son más que suficientes si se trabajara en equipo.

El sistema que hemos creado está basado en el control, la escasez y la separación. Este enfoque genera culpa e impotencia, estableciendo un ciclo de conflictos que parecen innecesarios. La necesidad de los líderes de mentir radica en su deseo de mantener el poder y controlar a las masas, mientras que la verdad sobre el mundo y el potencial de la mente humana permanece oculta. Esta oscuridad beneficia a unos pocos, perpetuando un sistema que favorece la desigualdad.

La pregunta que surge es: ¿por qué los líderes continúan con esta práctica? La respuesta se encuentra en la dinámica del poder y la percepción. En un mundo donde la verdad puede ser amenazada por la revelación de intereses ocultos, la mentira se convierte en un medio para asegurar la estabilidad de un orden establecido, aunque sea a costa de la integridad y la confianza.

La historia nos enseña que la corrupción y la mentira son males que han existido desde el principio de los tiempos, pero la tecnología actual ha facilitado su proliferación. La invitación a consumir lo innecesario y la manipulación de la verdad han dejado a la sociedad en un estado de confusión. La necesidad de una transformación hacia la transparencia y la cooperación es urgente, no solo para construir una sociedad más justa, sino para redescubrir el valor de la verdad y la autenticidad en un mundo cada vez más interconectado. La lucha por la verdad es, en última instancia, una lucha por la humanidad misma. Me queda claro que la verdad es un asunto personal, lo que preocupa es que se use la mentira para limitar la justicia y la libertad. 

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El autor es ingeniero civil, urbanista, analista urbano, experto en movilidad y gestión del desarrollo sustentable, y miembro de la Academia Nacional de Arquitectura