Conquistadores de América: Buscando un nuevo sueño, el sueño mexicano

Hay que establecer un plan estratégico para enviar personas a puestos clave en Estados Unidos, y una vez aquí, tengan el apoyo de la red consular para lograr los objetivos

Escrito en OPINIÓN el

Nos guste o no, hayamos votado por ella o no, la Dra. Claudia Sheinbaum es ya la primer Presidenta mujer de la historia en México, tomó posesión, y como prácticamente todos sus antecesores en su plan inicial de trabajo, no hay acciones para dejar de ignorar a los mexicanos que vivimos en Estados Unidos.

Año con año, mes con mes, las remesas que enviamos a nuestras familias rompen récord, apenas en agosto fueron ya más de seis mil millones de dólares, y la 4T, al igual que todos los gobiernos anteriores, se congratulan de tan importante éxito. Debería darles vergüenza.

Muchos de los que estamos al norte del Río Bravo no es por el apoyo de un presidente, ni por la estrategia acertada de su administración, al contrario, la gran mayoría un día tomó una decisión muy arriesgada de emprender camino al desierto o cruzar el río para buscar no una mejor vida, para tratar de encontrar si quiera una, porque en su tierra ya no lo era. Quizá nunca lo fue.

Tengo años pensando que si fueran inteligentes y apoyaran a los paisanos e incluso promovieran la migración ordenada, el monto de las remesas sería aún mucho mayor. No hablo de pedirle al gobierno estadounidense que cree una reforma migratoria, esa es una posición comodina, resuélveme mis problemas, no. Me refiero a establecer un plan estratégico para enviar personas a puestos clave en Estados Unidos, y una vez aquí, tengan el apoyo de la red consular para lograr los objetivos y así, como todo buen negocio, bien cuidado, recibir rendimientos jugosos, en este caso, en forma de mayores remesas.

Se podría pensar que eso no es posible, pero Filipinas tiene otros datos: la antigua colonia española decidió crear una secretaría del trabajador migrante y una administración del empleo extranjero para filipinos. Ellos se dieron cuenta que dependían de las oportunidades en el exterior y de las remesas, entonces, decidieron apoyar a la población a irse del país. Pero a los filipinos no los ves en las piscas en los campos agrícolas de Estados Unidos, a ellos los ves trabajando en el ramo médico, como enfermeros y doctores, con salarios mucho más altos a los de un campesino mexicano. Hay capacitación, preparación, agencias de reclutamiento certificadas, los ayudan con los trámites migratorios, y una vez fuera, sus consulados brindan soporte a través de una oficina especializada en el trabajador migrante.

México tiene una gran oportunidad, pero no en el famoso nearshoring que nos vendió la administración saliente, que por cierto no fue tan cierto como se presumió, eso es sólo maquila, mano de obra barata, que más que ayudarnos nos condena como país a seguir dependiendo de salarios mínimos. La gran posibilidad de nuestro país está en aprovechar la cercanía para inyectar mexicanos talentosos y preparados al mercado laboral estadounidense que tanto los necesita pues existen graves problemas en profesiones que no encuentran en los jóvenes interés en estudiar esas carreras.

Nuestro vecino del norte requiere más de 300 mil contadores públicos, casi un millón de enfermeros y doctores, decenas de miles de veterinarios, miles y miles de especialistas en cuidados a personas de edad avanzada y así varias profesiones más. México no necesita expulsar pobres. México necesita enviar gente capaz a aprovechar los altos salarios que se ofrecen en esas profesiones y así, transformar muchas familias en ambos lados de la frontera y generar casos de éxito para los jóvenes no prefieran recibir la ayuda federal por no estudiar, por no trabajar.

Como emprendedor serial y empresario en Estados Unidos, he tenido la gran oportunidad de generar decenas de puestos de trabajo en nuestro país y otros de  Sudamérica, por lo que incluso estoy por iniciar una investigación respecto al impacto socioeconómico que tenemos nosotros, los empresarios mexicanos en Estados Unidos, en nuestro país de origen, porque por accidente he descubierto muchas empresas, que sin tener una operación o facturación al sur de la frontera, se valen de talento remoto para apoyar actividades de su empresa en Estados Unidos. Me pregunto entonces si no le convendrá al gobierno federal y a los estatales, en lugar de regalarle un terreno a Tesla además de muchas otras dádivas, para que vaya a maquilar autos a Santa Catarina, mejor apoyar a pequeños y medianos empresarios a migrar al norte, y establecer sus negocios, crecerlos, y desde Texas, por ejemplo, crear empleos en Cadereyta, Querétaro, Pachuca, Puebla o Tampico.

Me queda claro no hay voluntad, la agenda está enfocada hacia otros temas, pero nosotros, la iniciativa privada y las instituciones educativas en México, los profesionistas y empresarios mexicanos en el extranjero, podríamos tener una agenda diferente, que realmente lleve a nuestro país a aprovechar esta cercanía con el país más poderoso del mundo. Desde hace años vengo pensando en la posibilidad de crear un nuevo sueño, El sueño mexicano, pero de una cosa sí estoy seguro, ese sueño, quizá no puede crearse en nuestro país, muy posiblemente, ese sueño tiene que iniciarse, en “el otro México”, el de los paisanos en Estados Unidos.

Gracias a ABC que me permite compartir estas palabras y me abra la puerta para hablar de este sueño mexicano y de las oportunidades que tenemos para conquistar el mercado estadounidense, para Conquistar América.

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El autor es Ingeniero mecánico, master en economía y contabilidad en Estados Unidos, emprendedor serial y empresario apasionado con la vinculación de oportunidades de negocio y desarrollo profesional entre Estados Unidos y Latinoamérica.

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