Claudia y Xóchitl ofrecen alternativas diferentes, la continuidad o el cambio, sin embargo, ambas están obligadas al cambio, es imposible continuar por la misma ruta.
No habrá dinero que alcance para sostener los programas sociales que pretenden ser incrementados, será imposible que el AIFA y el Benito Juárez sigan en la misma dinámica que terminará por hundirlos, los consumidores se niegan a volar por el AIFA y el Juárez está en ruinas, más dinero a Pemex, dos bocas y el tren maya, elefantes blancos.
Lo mismo sucede con el sistema de salud pública que hoy tiene a millones de mexicanos sin medicinas ni tratamiento oportuno, esto también tiene que cambiar, más de tres propuestas en este sexenio para abatir el rezago en medicamentos y nada fue suficiente, el problema es más grave que al principio, ni qué decir de la hospitalización y cirugías que no tienen remedio en un sistema agotado, sin recursos económicos e infraestructura.
Aunque Claudia no lo reconozca, la terca realidad la obligará al cambio. Entiendo las razones de su negativa en el discurso, pero lo mismo le sucedió al propio AMLO quien durante 18 años acarició un México que en la realidad terminó siendo otro y lo obligó al cambio, de aquel discurso de las promesas a la realidad que hoy vivimos hay un mundo de diferencia.
No cambiar será suicida no solo para quien lo niegue sino para todos los que aquí vivimos, México no puede cargar con más muertos, no puede vivir bajo el asedio permanente del crimen organizado que avanza a toda velocidad conquistando espacios y territorios para imponer su ley.
Seguir abrazando delincuentes a cambio de más vidas, desapariciones y extorsiones, exige un cambio inminente y eso lo saben, el modelo de seguridad impuesto en este sexenio es un rotundo fracaso, los muertos que no son sólo números, siguen creciendo y las tragedias inundan todos los hogares del país. Es el sexenio más sangriento.
La corrupción que va de la mano de la impunidad creció y eso también tiene que cambiar o de otra forma terminaremos sumidos en un país sin ley.
Es imposible también que siga la descalificación y persecución entre los poderes, convirtiéndolos en enemigos acérrimos, disputando sus facultades constitucionales para imponerse por la fuerza, haciendo a un lado la convivencia a que están obligados en busca de equilibrios.
Hacer lo mismo, traerá los mismos resultados. El sabio puede cambiar de opinión, el necio nunca. Kant.
México cambiará les guste o no, las circunstancias políticas lo llevaron al límite y el quiebre vendrá pronto.
Deseo que en mi próxima participación en este espacio que será el 3 de junio, tú México y el mío sean el mismo, que tú voto y el mío hayan significado un país grande para tú familia, con menos sangre, menos hambre y más esperanza.
Preparémonos para lo peor, pero esperemos lo mejor.