Vuelve El Rey del Cabrito

Escrito en OPINIÓN el

Regiándola

Todo indica que la familia del Rey del Cabrito ya se repartió el pastel.

Mientras una parte de los Martínez Valdez anuncian la apertura de la sucursal Obispado, la otra asegura que ya abrieron sus puertas -y con nueva administración- del restaurante de Constitución y Doctor Coss.

O séase que ya tenemos dos Reyes del Cabrito: uno se queda con los machitos y otro con la riñonada.

Aunque con esto se parece dar fin a la penosa y encabritada batalla por los bienes de la familia, lamentablemente esta señal de justicia viene a llegar cuando doña Olga ya no está en el planeta.

Por desgracia, la esposa de Jesús Alberto Martínez se llevó a la tumba la voz de su denuncia y murió esperando justicia.

Triste. Pero cierto.

Y bueno, al margen de todo este pleito y de quién tenía la razón, el hecho es que las mesas de nuevo están servidas en este emblemático negocio.

Especial interés tendrán aquellos foráneos que venían a la ciudad y hacían una escala casi obligada en alguno de estos restaurantes.

Muchos dicen que venir a Monterrey y no ir a comer al Rey del Cabrito es como no haber visitado la ciudad.

Claro que en estos días que la fiscalía cerró las sucursales de Constitución, algunos visitantes extrañaron las especialidades del negocio.

Sin embargo, otros han llegado a regiolandia hambrientos para disfrutar el platillo, pero no precisamente de la carta, sino del jugoso chisme.

El penoso caso se expandió como pólvora en redes, programas de TV, portales, periódicos… y se convirtió en la comidilla a nivel nacional.

Pero parece que por fin llegaron el acuerdo y la resolución salomónica. Y a cada quien su sucursal.

El problema fue expuesto y denunciado ante las autoridades desde hace más de cuatro años y apenas se ve una luz final en el camino.

Sin duda que este caso nos deja la reflexión de cómo el dinero acaba por destruir el amor de una familia. Bueno, en realidad el billete no es precisamente el causante, sino las ansias desenfrenadas de poseerlo y no desprenderse de él.
Lo que empieza con la ilusión de formar una armonía en el hogar, de ver crecer a los hijos y convivir con alegría, termina con una lucha a muerte contra tu misma sangre por la posesión de los bienes.

Aquí es cuando muchos valoran tener poco, pero lo suficiente para convivir en una carnita asada en la casa con los seres queridos.

Al fin y al cabo, antes de ir a la tumba los de la funeraria te quitan las alhajas que traes puestas para dárselas a tu familia… y a veces te vas hasta sin zapatos.

Sin ser patidario de ninguno de los Martínez Valdez, nos quedamos con unas palabras muy potentes que dio doña Olga en una entrevista cuando iniciaba el pleito legal y en la que se refería a uno de sus hijos que presuntamente la despojó de sus bienes:

”Mi hijo me decía que esto se arreglaba con abogados… y yo le contesté: cuando te parí no necesité abogados”.