Cuando tenía cuatro años de edad me recuerdo con la boca abierta viendo mi primera TV en blanco y negro; a los 12 años, impresionado jugando con el primer video juego, una especie de ping pong de dos dimensiones. Cuando entré a la carrera, en 1981, llegaron las primeras computadoras Apple 64K. Otra vez la boca abierta.
Y hoy la internet se ha convertido en una extensión de nuestras vidas. Sin embargo, ha cambiado desde aquella época en la que AOL era el rey, una empresa que simplemente vendía la conexión a internet.
En ese momento, pensábamos que eso era lo máximo y estábamos impactados con servicios como Yahoo y Netscape, que parecían imposibles de desaparecer. Esta era la Web 1.0, una forma muy básica de relacionarse con el mundo digital, que colapsó entre 1999 y 2000 con la explosión de la burbuja “punto com”.
Esto dio paso a un gran cambio y al nacimiento de la Web 2.0, donde explotaron las redes sociales, las plataformas de streaming y la información interactiva, colocando al usuario como el protagonista. Gigantes como Netflix, Amazon, Facebook y Apple se convirtieron en los amos del mundo tecnológico.
Pero esto también podría cambiar o avanzar.
Ha surgido una nueva tecnología: el blockchain, que introdujo Bitcoin con las criptomonedas. Aunque esta tecnología ha sido revolucionaria, aún no ha habido una aplicación práctica del blockchain que impacte de manera significativa a la sociedad. Hasta ahora.
Navegando por el océano digital me topé con información de una empresa, "Yoton Yo Studios", que pudiera abrir la puerta hacia la solución de uno de los problemas más grandes del mundo actual: la piratería y el robo. Yoton Yo Studios ha patentado una tecnología para NFTs físicos, llamada "phygital".
¿En qué consiste esta tecnología? Se trata de NFTs impresos a través de una tecnología invisible al ojo humano y no replicable con ningún tipo de impresora, integrados en objetos físicos. Estos objetos físicos no sólo existen en el mundo real, sino que también tienen una conexión auténtica y verificable con el blockchain.
Esto abre un sinfín de aplicaciones y funcionalidades:
Imagina que alguien intenta venderte un reloj Rolex. Con tu teléfono, usando un lector NFT, apuntas al reloj y puedes verificar automáticamente si es un producto original, si ha sido robado, o si tiene algún tipo de penalización o comentario de la empresa. Esto imposibilita la reventa de productos falsificados en el mercado secundario.
Además, las empresas podrían crear sitios web de compra y venta de artículos usados para intercambiar estos NFTs, cobrando un porcentaje en cada transacción. Esto es crucial, ya que el mercado secundario muchas veces es más grande que el mercado de productos nuevos. Por primera vez en la historia, una empresa podría ganar dinero de su propio mercado secundario.
Las empresas también podrían comunicarse directamente con sus clientes, crear promociones exclusivas, organizar eventos, ofrecer garantías, y muchas otras funcionalidades mediante la interacción entre el mundo físico y el digital.
Esta tecnología podría extenderse a documentos legales, pasaportes, licencias de construcción, identidades, dinero físico, ediciones especiales y boletos de conciertos. Todo esto resolvería problemas de falsificación y estafas que actualmente afectan a miles de personas.
La tecnología phygital podría poner fin a estos problemas, ofreciendo una solución segura y verificable.
La empresa está en camino de lanzar su primer producto híbrido al mercado: Exfinitum Omniverse, un juego de cartas que no es ni completamente físico ni digital, sino phygital, con una interacción perfecta entre ambos mundos.
Las implicaciones de esta innovación son enormes si la humanidad se da permiso de avanzar en la eliminación de estas mafias de la falsificación. Yo apuesto por un mundo mejor.
El futuro no está escrito. El futuro está inscrito en el blockchain.
Seamos testigos.
El autor es ingeniero civil, urbanista, analista urbano, experto en movilidad y gestión del desarrollo sustentable, y miembro de la Academia Nacional de Arquitectura.
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