Libre comercio Vs. proteccionismo ¿cuál es la ruta correcta?

El libre comercio fomenta la globalización e integración económica, mientras el proteccionismo puede llevar al aislamiento.

Escrito en OPINIÓN el

El debate entre libre comercio y proteccionismo ha sido un tema central en la economía global durante siglos. Ambos enfoques presentan argumentos válidos y han sido adoptados en diferentes momentos históricos por diversas naciones para alcanzar sus objetivos económicos. Lo que pretendo con este artículo, es explora los principios fundamentales, ventajas y desventajas de cada enfoque, así como sus impactos en la economía local y global.

El libre comercio se basa en la eliminación de barreras comerciales, como aranceles, cuotas y subsidios, permitiendo que bienes y servicios fluyan libremente entre países. Este enfoque se apoya en la teoría de la ventaja comparativa, propuesta por David Ricardo, que sostiene que las naciones deben especializarse en producir aquellos bienes en los que son más eficientes y comerciar con otros países para obtener el resto.

Algunas de las ventajas del Libre Comercio son:

  • Una mayor eficiencia económica al permitir que los países se especialicen en la producción de bienes en los que tienen una ventaja comparativa y/o competitiva. De esta manera, el libre comercio maximiza la eficiencia económica global.
  • Genera una mayor variedad de productos y servicios a la que los consumidores tienen acceso, y a menudo a precios más bajos.
  • La competencia internacional fomenta la innovación y la mejora de la calidad de los productos; de ahí la ventaja competitiva.
  • El acceso a mercados internacionales puede impulsar el crecimiento económico de los países exportadores.

Pero no todo es color de rosa, pues hay algunas desventajas en este libre comercio, como pueden ser:

  • El libre comercio puede aumentar la desigualdad económica tanto entre naciones como dentro de ellas.
  • Los países pueden volverse demasiado dependientes de las importaciones, lo que puede ser problemático en tiempos de crisis.
  • Algunas industrias nacionales pueden no ser competitivas a nivel internacional y pueden desaparecer, llevando a la pérdida de empleos.

El proteccionismo, por otro lado, implica la implementación de barreras comerciales para proteger las industrias nacionales de la competencia extranjera. Las políticas proteccionistas incluyen aranceles, cuotas de importación y subsidios a las industrias locales.

Algunas de las ventajas del proteccionismo son:

  • Ayuda a proteger las industrias emergentes que no pueden competir con empresas extranjeras más establecidas y financieramente más fuertes, evitando la dominancia.
  • Ayuda a reducir la dependencia de las importaciones y fortalece la autosuficiencia económica.
  • Al proteger las industrias locales, se pueden preservar empleos que de otra manera se perderían debido a la competencia internacional.
  • Los aranceles pueden generar ingresos adicionales para el gobierno.

Pero algunas desventajas están en:

  • Las barreras comerciales pueden llevar a un aumento de precios para los consumidores debido a la falta de competencia.
  • Las industrias protegidas pueden no tener incentivos para innovar o mejorar su eficiencia.
  • Otros países pueden responder con sus propias barreras comerciales, lo que puede reducir las exportaciones.
  • A largo plazo, el proteccionismo puede llevar al estancamiento económico al limitar el comercio y la competencia.

Entonces ¿cuál ruta deberíamos seguir como país? Pues la verdad ya hemos transitado las dos, y de alguna manera hemos gozado de sus aciertos y padecido sus lacras. Durante el período denominado de “sustitución de importaciones” o de “crecimiento hacia adentro” (1930-1985) nuestro país fue proteccionista a grado tal, que toda la tarifa del impuesto general de importaciones tenía como leyenda, “se requiere permiso previo”, mismo que siempre te negaban hasta que demostraras que se trataba de una materia prima, o maquinaria, indispensable para tu proceso productivo, y que no se producía en México. Sin embargo, esto generó la gran cantidad de empresas grandes y medianas mexicanas que vemos hoy en día en el mercado. Bueno, no todas las que vemos ahora, pues algunas de ellas desaparecieron tan pronto con México se adhirió al GATT en 1986, y no pudieron mantenerse en el mercado, ya sea por mala calidad, precio, o bien por obsolescencia.

El debate entre libre comercio y proteccionismo es complejo y multifacético. Ambos enfoques tienen sus méritos y desventajas, y la elección entre uno u otro depende de una variedad de factores, incluidos los objetivos económicos, las condiciones del mercado y las políticas gubernamentales. En un mundo ideal, un equilibrio entre libre comercio y proteccionismo podría proporcionar los beneficios de ambos enfoques, promoviendo tanto el crecimiento económico como la protección de las industrias nacionales.

El libre comercio y el proteccionismo tienen impactos significativos en la economía global. Mientras que el libre comercio tiende a fomentar la globalización y la integración económica, el proteccionismo puede llevar al aislamiento económico y a tensiones comerciales entre naciones. La elección entre estos dos enfoques depende en gran medida de los objetivos económicos y políticos de cada país, así como de su situación económica particular.

Y ahora te pregunto a ti: ¿como consumidor qué prefieres, la apertura o el proteccionismo?

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El autor es exfuncionario de la Secretaría federal de Economía y especialista en inversión extranjera y desarrollo económico

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