El arte de encontrar consensos

Alcanzar consensos no es fácil. Requiere de mucho talento y capacidad, así como disposición y visión de largo plazo.

Escrito en OPINIÓN el

Una vez pasada la jornada electoral, nos encontramos en el proceso de definir los resultados finales para establecer la conformación de distintas instituciones, muchas de ellas colegiadas, como lo son las Legislaturas.

Existen, como en cada proceso electoral, procesos jurídicos y políticos sobre la conformación legislativa, considerando que gran parte de los asuntos que se deciden es en base a las mayorías que se logran en las votaciones. Pensemos en la aprobación de los presupuestos, las reformas a la Constitución, la aprobación de nuevas leyes, entre otras.

Existen diferentes mayorías en los órganos colegiados. Principalmente, existe la mayoría simple para la fuerza política que tiene el mayor número de integrantes sin alcanzar la mitad más uno; mayoría absoluta cuando se tiene la mitad más uno de quienes los integran; y la mayoría calificada que generalmente es de dos terceras partes de los votos totales. Estas son las más comunes en los parlamentos del mundo.

A su vez, nuestras leyes establecen los casos en los que se requieren de esas mayorías dependiendo del nivel de importancia del asunto a votar. Por ejemplo, no es igual la aprobación de una reforma constitucional, donde se requiere de una mayoría calificada de dos terceras partes de la totalidad de los integrantes, que la aprobación de un exhorto a alguna autoridad para que realice algo que por Ley le compete, para lo cual se requiere de una mayoría simple de los integrantes presentes al momento de la votación.

¿Qué sigue en nuestra democracia representativa? Una vez dirimidos los procesos que marcan las normas, es imprescindible que las diferentes fuerzas políticas den paso a un proceso de diálogo responsable para comenzar a buscar los consensos. Al final la ciudadanía eligió y otorgó los espacios de representación a quienes consideraron que eran las mejores opciones. Si bien es cierto nuestro marco normativo no es perfecto, y puede establecer más de un criterio a la hora de conformar los órganos colegiados, no por ello se debe paralizar la construcción permanente de una sociedad armónica y con mejores oportunidades para todas y todos sus integrantes.

Alcanzar consensos no es fácil. Requiere de mucho talento y capacidad, así como disposición y visión de largo plazo. Todas las partes involucradas tienen que partir de la misma premisa: la sociedad eligió a quienes la representan esperando que se sienten a dialogar, a negociar y llegar a acuerdos que la beneficien.

Aristóteles en su obra “Ética a Nicómaco” estableció las virtudes que nos permiten actuar de manera correcta. Algunas de ellas me parecen imprescindibles para lograr esos consensos. La prudencia para deliberar, juzgar y discernir; la templanza para moderar los naturales impulsos y evitar los excesos y la insensibilidad; la justicia para dar a cada quien lo que le corresponde; y la generosidad para saber dar de manera sabia.

En lo personal conozco a muchas de las personas que integrarán los órganos legislativos, y reconozco su capacidad y talento. Solamente se requiere que la disposición y visión de largo plazo formen parte de sus agendas para lograr el resultado que todos aspiramos: la construcción de un mejor país, y un mejor Nuevo León.