Legislatura 76

Con esta colaboración culmina mi participación en este espacio que asumí cada martes, desde el 16 de abril, cuando fui designado presidente de la mesa directiva del Congreso del Estado.

Escrito en OPINIÓN el

Este sábado 31 de agosto terminamos los trabajos de la 76 Legislatura del Congreso del Estado de Nuevo León, al cumplirse los tres años de gestión que nos confiere la Constitución Política de Nuevo León a las diputadas y diputados que comenzamos nuestras labores el primero de septiembre de 2021.

A lo largo de estos tres años aprobamos reformas a diversas leyes, creamos nuevas legislaciones, hicimos la revisión a las cuentas de los entes públicos, del gobierno central, municipios, paraestatales, organismos descentralizados y autónomos, además de aprobar acuerdos.

Una de las aprobaciones más trascendentales que realizamos en esta Legislatura, fue la reforma integral a la Constitución Política del Estado de Nuevo León a propuesta del gobernador Samuel Alejandro García Sepúlveda, lo cual ocurrió en octubre de 2022, a un año de nuestra Legislatura, y previo al primer informe de labores del mandatario estatal.

Para llevar a cabo esta reforma, tanto por parte del Poder Ejecutivo como del Poder Legislativo abrimos la consulta a Colegios de Profesionistas, a las Cámaras Empresariales, a las Instituciones Académicas, a Organizaciones Civiles y a los ciudadanos interesados en participar.

Fue una consulta plural y amplia en donde la esencia de la conclusión fue la prevalencia de la división de los tres Poderes que conforman el gobierno del Estado de Nuevo León: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, para garantizar que ninguno se exceda en sus atribuciones.

Desafortunadamente este principio pronto fue vulnerado por el titular del Poder Ejecutivo, Samuel Alejandro García Sepúlveda, quien obstaculizó la atribución de las diputadas y los diputados de designar al Fiscal General de Justica, al pretender imponer a una persona de su confianza para tener a su servicio a un Fiscal carnal.

También se excedió en sus facultades cuando con procesos leguleyos, con amparos otorgados por jueces a modo, pretendía que la vacante que dejaría en la gubernatura del Estado para irse a su frustrada aventura de la candidatura a la presidencia de la república, se quedara un integrante de su gabinete y no alguien designado por el Congreso del Estado, como lo mandata la Constitución.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación, como siempre, nos dio la razón y el interinato lo asumió por unos días Luis Enrique Orozco, a quien el Congreso del Estado designó en una atropellada sesión irrumpida por porros vinculados a Movimiento Ciudadano; al no lograr su propósito, García Sepúlveda prefirió desistir de ir por la carrera presidencial.

Con esta colaboración culmina mi participación en este espacio que asumí cada martes, desde el 16 de abril, cuando fui designado presidente de la mesa directiva del Congreso del Estado, agradezco al periódico ABC, a la familia Estrada, las publicaciones en estas 20 semanas. Quedo a la orden.