La procuración de justicia en México ha sido, desde hace décadas, un tema central en el debate público. Sin embargo, pese a los esfuerzos realizados, aún existen importantes retos que impiden consolidar un sistema eficiente y justo. Uno de los principales problemas radica en la insuficiencia de agentes del Ministerio Público en relación con la población, un indicador en el que México se encuentra muy por debajo de los estándares internacionales.
El promedio mundial recomienda tener al menos 15 agentes del Ministerio Público por cada 100 mil habitantes, mientras que, en México, en muchos estados, este número es significativamente menor. Esta carencia genera rezagos en la impartición de justicia, acumulación de expedientes y una percepción generalizada de impunidad. Para lograr una procuración de justicia que responda a las necesidades del país, es imprescindible incrementar el número de fiscales y mejorar su capacitación, con el fin de reducir la brecha existente entre México y otros países con sistemas de justicia más robustos.
Además, no basta con incrementar el número de agentes; también es esencial que estos reciban formación adecuada en temas contemporáneos. La realidad que enfrentan hoy quienes operan el sistema de justicia penal es muy distinta a la de hace apenas una década. Nuevas modalidades de delitos como el cibercrimen, la trata de personas y los fraudes electrónicos requieren una actualización constante en el marco legal y en las técnicas de investigación.
Por otro lado, el sistema penal debe adaptarse a las transformaciones sociales que vivimos. La justicia no puede quedar anclada en normas y procedimientos que no se corresponden con las dinámicas actuales. Esto exige reformas que permitan una mayor agilidad en los procesos y un enfoque más humano y eficaz en la resolución de conflictos. La capacitación continua de los operadores de justicia, desde jueces y juezas hasta agentes del Ministerio Público, es una condición indispensable para lograr estos cambios.
En resumen, para que el sistema de procuración de justicia en México pueda estar a la altura de las exigencias actuales, es fundamental fortalecer las instituciones encargadas de su implementación, incrementar el número de fiscales y dotarlos de las herramientas necesarias para enfrentar los desafíos contemporáneos. Solo así podremos aspirar a una justicia pronta y expedita, tal como lo establece nuestra Constitución.
Como decía Martin Luther King Jr., "la injusticia en cualquier parte es una amenaza a la justicia en todas partes". Es momento de que México supere este tema pendiente y se encamine hacia un sistema de justicia digno y eficiente.