Fundación Olivia

En este segundo aniversario de la Fundación Olivia trae una muestra cultural en la que las mujeres artistas dan paso a hombres como Pierre Auguste Renoir, Willem de Kooning y Anselm Kiefer.

Créditos: Especial
Escrito en OPINIÓN el

La Fundación Olivia inició su segundo año de vida con el mismo nivel de calidad, profesionalismo y un programa similar al que arrancó sus actividades en febrero de 2024: una colectiva y una individual.

Si en la muestra de apertura las mujeres artistas fueron las presencias más destacadas con obras de la autoría de Lee Krasner, Alice Neel y Louise Bourgeois, por citar algunos nombres, en la actual exposición la estafeta la llevan hombres: Pierre Auguste Renoir, Willem de Kooning y Anselm Kiefer son algunos de los autores presentes.

Ambas muestras tienen como comisaria a Diana Nawi, exintegrante del equipo de LACMA, y hay que decir que en las dos incluyó a artistas de ambos sexos, pero lo que destaca de entrada en sus curadurías es la incursión de obra por autores de reconocido prestigio global, pero que rara vez se aprecian-disfrutan-encuentran por los espacios expositivos de la capital mexicana, independientemente quien los maneje: particulares o gobierno.

Los coleccionistas-mecenas-propietarios de la Fundación Olivia son Jana y Guillermo González, y el nombre lo proporciona-homenajea a su mascota: una hembra canina de raza dachshund-salchicha. El acervo muestra la predilección y sensibilidad de la pareja por el arte abstracto a partir de la postguerra; es decir, de 1950 en adelante, con especial atención a artistas mujeres, aunque hay excepciones.

Hay que apreciar, valorar y reconocer el gesto humanístico y solidario de los coleccionistas y mecenas al compartir las joyas de su acervo artístico y patrimonial con el público en general, sin costo alguno para los visitantes. Conviene recordar que el arte acerca a los seres humanos y tener en cuenta que es una acción de integrantes de una familia confrontada con la izquierda que gobierna el país desde 2018.

Es importante señalar que la crispación política-ideológica antes mencionada queda fuera y no se percibe en ninguno de los tres niveles del inmueble de aires porfirianos en el exterior, pero de un exquisito y refinado minimalismo japonés, que le crearon-logran Alberto Kalach y Carlos Zedillo, en sus interiores, sobre todos en los dos primeros niveles. La azotea es el lugar menos acertado en la remodelación, pero el aislamiento urbano que brinda su pequeño jardín-oasis hace olvidar el efecto invernadero.

En la actual colectiva ocupan un lugar destacado Lisa Yuskavage y Kiki Smith. La primera con un grupo de pinturas y la segunda con una escultura-instalación a muro. Hay que señalar también la presencia de “Visita inesperada”, un óleo sobre masonite de 1968 de Remedios Varo, y a Kelly Akashi con una escultura colgante que recuerda los antiguos candiles de las viejas residencias de ese barrio. Esta autora tuvo una pieza de ese mismo conjunto en la muestra del año pasado, que contrastaba entonces con la obra de Ruth Asawa, especie de delicado textil, pero con hilos de alambre que remiten a los utensilios en las cocinas de antaño.

Como se dijo al inicio, además de la colectiva hay una individual, la tercera en FO a Sabine Moritz con obras recientes, pintura, dibujo y gráfica. Las anteriores correspondieron a Sophia Loeb y Violeta Maya. El año pasado se entregó a Luz Carabaño el Premio Fundación Olivia en su primera edición. Ojalá y se continué con este apoyo-premio y se convierta en tradición. La iluminación es autoría de Lucca Salas.

El espacio abierto por Jana y Guillermo González para compartir su colección de obras de arte con los habitantes de la ciudad y sus visitantes tiene muchas posibilidades para acercar a los espectadores con las obras y las exposiciones que se presentan; de momento se ofrecen visitas guiadas a quienes las soliciten. Cuenta también con un pequeño stand de venta de publicaciones, y seguramente en el futuro habrá otras actividades que lo vinculen no solo al público en general, sino al especializado del circuito local.

En tanto, acérquese a Tonalá 46, disfrute-goce de la obra y los autores incluidos en “Mujer en un bote de remos”, que se podrá visitar hasta el próximo 28 de septiembre. Y sumemos votos porque haya más coleccionistas-mecenas que imiten-sigan el ejemplo de los de la Fundación Olivia en la Cdmx, en los estados, en el país.