Otorgan libertad condicional a propietario del colegio Las Brisas

El propietario del colegio Las Brisas había sido condenado a cuatro años de cárcel por los delitos de acoso sexual y corrupción de menores.

Propietario del Instituto Brisas.Créditos: Archivo
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Monterrey.- La falta de un posicionamiento por parte del Ministerio Público derivó en el otorgamiento de libertad condicional para el propietario del Instituto Brisas, Jorge ‘N’ de 73 años, quien el pasado 22 de abril fue condenado a cuatro años de cárcel al ser encontrado culpable de los delitos de acoso sexual y corrupción de menores.

El beneficio de condena condicional fue otorgado por un juez a la defensa del condenado, quien en su momento aceptó los cargos, por lo cual podrá salir de la cárcel tras depositar 10 mil pesos por concepto de fianza.

Fuentes allegadas a la investigación señalaron que el hombre, quien fue descubierto grabando los baños de las alumnas adolescentes del plantel que comandaba al sur de Monterrey, deberá permanecer en vigilancia por el servicio de administración penitenciaria, por el tiempo que resta su condena.

Trascendió que Jorge ‘N’ deberá acudir a firmar mensualmente a la agencia de administración penitenciaria por el mismo plazo de la condena, además de que estará obligado a acudir a las citas del Tribunal y no podrá salir de la entidad sin permiso de un juez.

“Se le impuso como obligaciones: No molestar a las víctimas, ni partes ofendidas en forma personal, verbal por escrito o cualquier otro medio electrónico que exista en la actualidad”, se lee en un documento al que ABC Noticias tuvo acceso.

A demás la autoridad le conminó a no cometer un nuevo delito doloso, ya que de hacerlo o de ser sentenciado de manera condenatoria, se harán efectivas ambas sentencias, y se le considerará reincidente.

Jorge ‘N’, quien fue detenido en mayo del año pasado, saldrá del Centro de Reinserción Social luego de la entidad, luego de ser condenado por los delitos referidos, luego de que un grupo de padres de familia lo denunció tras encontrar cámaras escondidas en los botes de los baños de las niñas, al interior de una quinta campestre en Santiago, a la cual habían llevado a los alumnos del plantel con motivo del Día del Estudiante.