Monterrey.- Un hombre que dijo trabajar como escolta privado fue detenido en el municipio de Santiago, luego de ser sorprendido portando un arma de fuego a la cintura sin poder acreditar la licencia de portación.
La intervención ocurrió durante un recorrido de vigilancia en una zona comercial. Los hechos se registraron la tarde-noche del viernes 12 de diciembre, cuando policías municipales realizaban patrullajes preventivos en la colonia La Plazuela.
En ese punto, los uniformados detectaron a un sujeto que salía de una tienda de conveniencia con un arma corta enfundada a la altura de la cintura, lo que motivó que fuera abordado para una revisión.
El hombre fue identificado como César “N”, de 32 años de edad, con domicilio en el municipio de García, Nuevo León. Al ser cuestionado por los oficiales, señaló que laboraba como escolta de seguridad privada y que, por esa razón, portaba el arma.
Sin embargo, al solicitarle el permiso correspondiente, no pudo acreditar la licencia legal para la portación. Durante la inspección, las autoridades confirmaron que el arma asegurada es una pistola Glock, tipo escuadra, calibre .380.
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El detenido mostró una credencial de una empresa de seguridad privada que incluía una Clave Única de Identificación Policial.
Al verificar la información en las bases de datos y plataformas oficiales, se informó que dicha clave no aparece registrada ni reconocida, por lo que la documentación presentada no fue considerada válida.
Ante esta situación, los elementos procedieron a asegurar el arma y a detener al individuo, informándole sobre los motivos de su arresto. Posteriormente, fue trasladado ante la autoridad correspondiente para continuar con las diligencias legales.
César “N” quedó a disposición del Ministerio Público Federal, junto con el arma de fuego asegurada, instancia que determinará su situación jurídica y si existe responsabilidad por la presunta portación ilegal de arma de fuego.
En Nuevo León, el Código Penal establece que la portación ilegal de armas, incluidos objetos punzocortantes u otros instrumentos usados con fines agresivos, es un delito contemplado en el Artículo 173.
Portar armas en espacios públicos o centros de entretenimiento, especialmente bajo los efectos del alcohol o drogas, puede derivar en penas de seis meses a un año de prisión, además de multas económicas.
A nivel federal, la Ley de Armas de Fuego y Explosivos advierte que poseer armamento sin permiso puede castigarse con hasta 30 años de cárcel, sanción que aumenta si se trata de armas de uso exclusivo de las fuerzas armadas.
También se castiga la venta o el resguardo ilegal de armas, y las penas varían según la gravedad del delito cometido.