Fans pagan más por conciertos; los precios incrementan considerablemente

Asistir a ver a tu cantante o banda favorita puede ser un dolor de cabeza, ya que hay variables que elevan el costo de los boletos y, en algunos casos, hay paquetes que superan los $30,000 pesos. 

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México.- Los precios para asistir a conciertos en México y otras partes del mundo han tenido un incremento considerable en los últimos años, pues intervienen muchas variables: preventas exclusivas, paquetes VIP y boletos con variaciones de acuerdo al momento y método de compra. 

Ejemplos hay muchos. Par los shows de Lady Gaga el 26 y 27 de abril, en la Ciudad de México se pusieron a la venta paquetes VIP que alcanzaron los $23,500 pesos, lo que contrasta con el rango de los precios originales en la misma zona, entre $6,000 y $11,000 pesos. 

Katy Perry es otro caso . Para sus conciertos del 28 y 29 de abril en la Arena Monterrey, se ofrecían entradas en $7,000 pesos, pero el paquete VIP elevaba el costo a $16,000 pesos. 

Otra variante, aunque ya no tan frecuente, son los accesos con “Meet & Greet” (MYG), en donde los fans pueden tener un momento con el artista. 

El concierto de Rauw Alejandro en Monterrey del 2 de noviembre también generó controversia con paquetes de hasta $30,000 pesos en esta modalidad.

La variabilidad de los precios de los boletos para conciertos es una constante. Un caso reciente fue el de Zayn Malik, quien se presentó en marzo en Ciudad de México. 

Aunque el boleto más caro en venta general costaba $3,700 pesos, en la misma zona, durante la preventa exclusiva para fans el precio era de $5,600 pesos. 

Un caso curioso fue el de Olivia Rodrigo en sus conciertos del pasado 2 y 3 de abril en el Estadio GNP Seguros. 

La zona platino, llegó a venderse en $7,800 pesos, pero días antes del concierto se liberaron boletos de la misma sección por $5,000 pesos, generando quejas de quienes ya habían pagado. 

Estos cambios en la industria de espectáculos en vivo reflejan una tendencia generacional en la que los jóvenes están dispuestos a pagar más por tener acceso a una experiencia exclusiva, sin importar si para ello deben pagar para ser miembros de fans o tramitar tarjetas bancarias. 

Así los fans se ven obligados a enfrentar precios variables, competencia digital y estrategias de mercadotecnia diseñadas para que el acceso a un concierto sea más que una compra: una inversión emocional y económica.