Ciudad de México.- Dentro del ambiente artístico, Bárbara de Regil y Fernando Schoenwald son vistos como una pareja muy estable. Su noviazgo se inició en 2014 y culminó en matrimonio en 2017, tras algunos años juntos.
A pesar del amor que se tenían, la actriz mexicana reveló que al comienzo de su noviazgo con el abogado enfrentaron dificultades significativas, llegando ella incluso a considerar una separación.
“No tanto tóxica como tal, creo que la palabra la estoy mal usando, pero conflictiva. Mecha corta y conflictiva. Sigo siendo un poco mecha corta. O sea, no de que con él. O sea, ya no exploto por cualquier cosa. Ya no, ya he madurado en esa parte”, contó.
Con total honestidad frente a las cámaras de Ventaneando, De Regil agregó: “Yo me di cuenta que la que estaba haciéndola de jamón por todo era yo. Y dije, si yo no le bajo a mis berrinches, lo voy a perder. Y no lo quiero perder”.
Mientras que, Fernando señaló: “Ella pulió a lo mejor ese lado para que la relación fluyera mejor. Y bueno, fue muy positivo. Y aquí estamos después de casi 11 años”.
La pareja, conocida por mantener su vida privada alejada de los reflectores, optó por participar en un programa de telerrealidad donde cuatro parejas viajan a Bali para revelar aspectos íntimos de sus relaciones. Así justificaron su aparición en televisión.
“Fue como una experiencia más de él y yo”, comentó Bárbara. Mientras, Fernando añadió: “Nos conectamos en algo que nunca habíamos vivido juntos, esta experiencia que es entre laboral, de vacaciones, y con ese grado de tensión que siempre hubo, porque pues estás con cámaras grabándote y con parejas que no conoces”.
Por último, las celebridades reconocieron que les costó decidirse a participar en el proyecto, especialmente Schoenwald, quien prefiere mantenerse alejado de la atención pública.
“Muchas noches sin dormir también, que faltan seis días, faltan cinco”, confesó Fernando. Posterior, Bárbara mencionó: “Y yo: ‘Te estás avejentando. No va a pasar nada. Vamos a divertirnos. Si algo no nos parece, lo diremos en su momento y listo’. Y él sí, porque él, es más, no le gustan las cámaras. Entonces no quería ir, pero lo obligué, pero pues terminó yendo”.