Agricultor regala 100 mil kilos de sandía; ninguna empresa se las compró

“Prefiero regalarlas a que se pudran”, dijo el hombre, quien se encuentra molesto con los supermercados que han decidido comprar producto extranjero.

Plantación de sandías
Plantación de sandías Créditos: Pixabay
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Motril. – Un agricultor español decidió regalar hasta 100 mil kilos de sandía que se quedaron en sus parcelas sin que alguna empresa quisiera comprárselas.

De nombre Manuel Puertas, el trabajador oriundo de la Costa de Granada, se ha hecho viral por tal motivo, y por criticar a las grandes cadenas de supermercado que han decidido comprar producto extranjero de países como Marruecos, a apostar por lo local.

“Para que se pudran aquí prefiero regalarlas, que la gente coma sandía”, señaló el hombre a los medios de comunicación. 

Manuel trabajó en la siembra, plantación y cuidado de sus sandías por un lapso de tres meses, y los miles de euros que había invertido en la actividad se perdieron.

No obstante, y a través de que en los últimos dos días ha logrado regalar 80 mil kilos de esta fruta, ha reunido algo de dinero gracias a que algunas le han pagado pese a que él no lo aceptaba inicialmente.

"Me daban 10 o 15 euros. Pero alguno me ha pagado incluso 100 euros por llenar un camión", dijo Manuel a la agencia Atlas.

El dinero que el agricultor perciba de parte de las personas que visitan su huerta lo estaría utilizando para limpiar los invernaderos y pensar en una nueva plantación donde pueda tener suerte.

La sandía es un diurético natural, y es que es la fruta que más agua aporta, con un 93 por ciento. Justamente es la primavera la época del año que reúne mejores condiciones para sembrar semilla de sandía, cuya planta habría de ser regada cada tercer día, aunque sin olvidar observar el florecimiento del cultivo, ya que éste indicará cuando ya no necesite tanta agua.

Se trata de una fruta tropical que crece a una temperatura óptima de entre 23º centígrados y 28º centígrados, y aunque tolera temperaturas bajas, éstas no deben ser inferiores a los 11º centígrados, ya que se detiene el desarrollo del crecimiento.