Ciudad de México. – El 19 de septiembre es una fecha sensible para los mexicanos, y no es para menos, ya que es recordado como un día de tragedias propiciadas por un par de sismos que sacudieron la Ciudad de México en 1985 y 2017.
El hecho que la tierra tiemble en nuestro país no debe de ser motivo de sorpresa, ya que hay que considerar que México se encuentra “rodeado” de placas tectónicas, cinco en total: la del Caribe, la del Pacífico, la de Norteamérica, la Rivera y la de Cocos.
Continuamente se registran sismos en la República, algunos tan menores que pasan desapercibidos, pero existen otros cuya intensidad pone en riesgo la vida de las personas con ubicación en la parte afectada.
¿Temblará este martes 19 de septiembre?
Esta es una pregunta que se hacen miles de mexicanos, y que incluso es fácil verla en las redes sociales, donde la fecha 19 de septiembre no se olvida.
Teniendo en cuenta los movimientos de las placas tectónicas que se han contabilizado en México en ésta fecha hace que la población se pregunte cuánto riesgo hay de que suceda otro, y dicho cuestionamiento fue despejado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Por principio de cuentas, predecir un sismo es imposible, y partiendo de eso, el doctor Miguel Ángel Jaimes -del Instituto de Ingeniería de la UNAM- concluyó a través de una investigación que la probabilidad de que ocurran dos terremotos significativos en una misma fecha es muy baja.
“La ocurrencia de dos terremotos significativos en una fecha específica que afecten el mismo lugar puede parecer muy improbable. Sin embargo, un terremoto reciente, el 19 de septiembre de 2017, ocurrió exactamente el mismo día del año que otro gran evento conocido en 1985. Algunas personas ahora creen que es más probable que ocurran terremotos en México el 19 de septiembre”, señala el académico en su estudio.
Ahora, la probabilidad de que ocurran tres sismos de magnitud 7 o mayor en las fechas fijadas de 1985, 2017 y 2022, arroja una cifra extremadamente baja.
"Estas probabilidades también pueden ser más bajas que, por ejemplo, la probabilidad de que un cometa o asteroide de ~2 km de diámetro choque con la Tierra; que una persona tenga el corazón del lado derecho; la probabilidad de ganar la lotería 6/49; o de ser atacado por un tiburón”.