México.- El dengue es una enfermedad viral causada por el mosquito Aedes aegypti, común en regiones tropicales y subtropicales. Después de la picadura de un mosquito infectado, los síntomas pueden aparecer entre 4 y 10 días.
Durante este período, los síntomas más comunes incluyen fiebre alta, dolor de cabeza intenso, dolor detrás de los ojos, dolores musculares y articulares, erupciones cutáneas y, en algunos casos, sangrado leve de encías o nariz. Aunque la fiebre y los síntomas pueden durar de 5 a 7 días, la sensación de cansancio extremo puede persistir durante semanas después de la infección. Es en esta fase cuando es crucial estar atento a signos de alerta de dengue grave, como dolor abdominal intenso, vómitos persistentes o sangrado, que pueden indicar la progresión hacia un dengue hemorrágico.
Cómo se detecta el dengue
El diagnóstico del dengue puede realizarse a través de una combinación de síntomas y pruebas de laboratorio. En los primeros días de la fiebre, se pueden realizar análisis de sangre que detecten el virus o los anticuerpos que el cuerpo produce para combatirlo.
El método más común para la detección es la prueba de antígeno NS1, que puede confirmar la presencia del virus en los primeros días de infección. Además, una prueba de anticuerpos IgM e IgG puede determinar si la persona ha estado expuesta al dengue en el pasado o si está en una etapa más avanzada de la infección. El diagnóstico temprano es esencial para evitar complicaciones, especialmente en áreas donde el dengue es endémico. El virus puede permanecer en el cuerpo por un promedio de 7 a 14 días.
Importancia de un tratamiento oportuno
No existe un tratamiento antiviral específico para el dengue, por lo que el manejo de la enfermedad se basa en aliviar los síntomas. Es importante que los pacientes mantengan una hidratación adecuada y, en casos de fiebre, utilicen medicamentos como el paracetamol para controlar la temperatura y el dolor. Se debe evitar el uso de aspirina o ibuprofeno, ya que estos pueden aumentar el riesgo de sangrado.
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El control médico es fundamental para monitorear el estado del paciente y evitar que la enfermedad progrese hacia formas más graves, como el dengue hemorrágico o el síndrome de choque por dengue, que pueden poner en riesgo la vida.
La detección temprana y un tratamiento adecuado pueden hacer la diferencia en la recuperación de los pacientes con dengue. Si bien los síntomas pueden durar hasta dos semanas, el monitoreo constante es clave para evitar complicaciones graves. Ante la sospecha de la enfermedad, es importante buscar atención médica y realizarse las pruebas pertinentes para un diagnóstico certero.