México.- El ejercicio es una parte fundamental de un estilo de vida saludable, con múltiples beneficios para el cuerpo y la mente. Sin embargo, una pregunta recurrente entre quienes buscan mejorar su bienestar es si es recomendable hacer ejercicio justo antes de irse a dormir. A lo largo del tiempo, la opinión popular ha sido que el ejercicio nocturno podría interferir con el sueño, pero ¿qué dicen los expertos?
Un reciente artículo de Mundo Deportivo aborda este tema, desglosando las conclusiones de diferentes estudios y opiniones de expertos en salud y sueño. La creencia de que el ejercicio antes de dormir es perjudicial se basa en la idea de que la actividad física eleva la frecuencia cardíaca, la temperatura corporal y los niveles de adrenalina, lo que podría dificultar la conciliación del sueño. No obstante, investigaciones recientes han comenzado a desafiar esta noción, sugiriendo que el impacto del ejercicio nocturno puede depender del tipo, intensidad y momento de la actividad realizada.
Beneficios del Ejercicio Nocturno
Según los expertos citados en el artículo, realizar actividad física antes de dormir no tiene que ser perjudicial e, incluso, puede tener ciertos beneficios. Ejercicios de baja intensidad, como yoga o estiramientos, pueden ayudar a relajar el cuerpo y la mente, promoviendo un sueño más profundo y reparador. Estas actividades ayudan a reducir el estrés acumulado durante el día y a preparar el cuerpo para el descanso nocturno.
Asimismo, se ha observado que para algunas personas, una sesión de ejercicio moderado, como caminar o hacer ejercicios de resistencia, puede no afectar negativamente la calidad del sueño. De hecho, podría ayudar a reducir el insomnio y mejorar el estado de ánimo, factores que contribuyen a un descanso más efectivo.
Consideraciones Importantes
A pesar de los posibles beneficios, no todos los tipos de ejercicio son adecuados para realizarse antes de dormir. Los entrenamientos de alta intensidad, como correr o el levantamiento de pesas, pueden ser contraproducentes si se realizan demasiado cerca de la hora de acostarse. Esto se debe a que estos ejercicios aumentan la producción de adrenalina y pueden activar el sistema nervioso, dificultando el proceso de relajación necesario para un buen sueño.
Los expertos recomiendan que si se opta por hacer ejercicio intenso en la noche, se haga al menos una o dos horas antes de ir a la cama para darle tiempo al cuerpo de enfriarse y a la frecuencia cardíaca de estabilizarse.
Hacer ejercicio antes de dormir no es necesariamente malo, pero es crucial elegir el tipo de actividad física y el momento adecuado. Los ejercicios de baja a moderada intensidad pueden ser beneficiosos, mientras que los entrenamientos de alta intensidad deben ser programados con suficiente antelación para no interferir con el descanso. Como en muchos aspectos del bienestar, la clave está en escuchar al propio cuerpo y ajustar la rutina de ejercicio de acuerdo a las necesidades individuales.
Esta conclusión refuerza la idea de que cada persona es diferente y que la mejor manera de determinar si el ejercicio nocturno es adecuado es experimentando y observando cómo responde el cuerpo. Así, se puede disfrutar de los beneficios del ejercicio sin sacrificar la calidad del sueño.