Monterrey.- A lo largo del actual sexenio, el salario mínimo en México ha experimentado un incremento significativo, alcanzando un rango que oscila entre 207.44 y 307.41 pesos diarios, dependiendo de la región. Aunque este aumento ha sido un paso importante hacia la mejora del poder adquisitivo de los trabajadores, aún persisten grandes desafíos para acceder a ciertos productos, especialmente aquellos de tecnología avanzada, como los smartphones de alta gama.
680 horas de trabajo para un smartphone
Para un trabajador que percibe el salario mínimo, la adquisición de un smartphone de alta gama representa un esfuerzo considerable. Un celular con un precio aproximado de 20,000 pesos implica que una persona debe laborar, en promedio, 680 horas para poder cubrir el costo, sin considerar otros gastos esenciales como alimentos, transporte o vivienda.
Este cálculo se basa en una jornada laboral de ocho horas diarias, lo que equivale a más de 85 días de trabajo continuos, o alrededor de tres meses de salario íntegro, destinado únicamente a la compra del dispositivo. En términos más simples, si una persona destinara todo su salario exclusivamente a la compra de un smartphone, sin gastar en ninguna otra necesidad básica, aún así requeriría un esfuerzo significativo.
El impacto en el presupuesto familiar
Este tipo de gastos no solo afecta al individuo, sino también al presupuesto familiar. En muchos casos, las familias mexicanas dependen de un solo ingreso, lo que hace que adquirir bienes de este tipo se vuelva una tarea aún más complicada. La necesidad de priorizar gastos básicos sobre bienes de consumo tecnológico puede retrasar la compra de estos dispositivos, o llevar a las familias a optar por modelos más económicos o planes de financiamiento que, en muchos casos, implican pagos a largo plazo con intereses.
Tecnología: una necesidad costosa
En la actualidad, contar con un smartphone no es solo una cuestión de lujo, sino una necesidad para la vida diaria. Desde la comunicación básica hasta el acceso a servicios en línea, aplicaciones de trabajo y plataformas educativas, los teléfonos inteligentes se han convertido en herramientas indispensables. Sin embargo, el alto costo de los modelos de alta gama y la cantidad de horas de trabajo necesarias para adquirirlos resaltan la desigualdad en el acceso a la tecnología.
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Aunque los incrementos en el salario mínimo en México representan un avance hacia la mejora de la calidad de vida de los trabajadores, la realidad es que el acceso a ciertos bienes de consumo, como los smartphones de alta gama, sigue siendo un desafío económico considerable. Esta situación pone de relieve la necesidad de seguir avanzando en políticas salariales y de acceso a la tecnología que realmente permitan a los trabajadores disfrutar de los beneficios de la modernidad sin comprometer su bienestar económico.
El esfuerzo por alcanzar estos objetivos continúa, y la esperanza es que, con el tiempo, el equilibrio entre los salarios y los costos de la tecnología sea más justo y accesible para todos los mexicanos.